El congreso de CC OO se abre con el enfrentamiento entre varias tendencias

El III Congreso Confederal de Comisiones Obreras se inauguró ayer en Madrid bajo el signo de la división y el enfrentamiento entre las tres tendencias más importantes que integran el sindicato. Antes de que Marcelino Camacho (actual secretario general y candidato de la lista oficial) acabara su informe general a los congresistas, ya había delegados que solicitaban firmas para presentar candidaturas alternativas a la nueva ejecutiva.

Julián Aríza encabeza la del sector carrillista de Comisiones Obreras, mientras que Alfredo Clemente aglutina a los prosoviéticos. Ninguno de los dos sectores cuestiona, sin embargo, la candidatura de Marcelino Camacho a la secretaría general. A pesar de las manifestaciones en favor de la unidad por parte de los principales dirigentes del sindicato, a última hora de la tarde de ayer no habían fructificado las tentativas de formar una lista unitaria.Los dos sectores disidentes de la candidatura oficial -carrillistas y prosoviéticos-, que trasladan al sindicato los planteamientos políticos que mantienen en el PCE, utilizan también las listas como mecanismo de presión para negociar una mayor representación en la nueva ejecutiva que saldrá elegida del congreso. En este sentido, la encabezada por Julián Ariza no parece probable que llegue a la comisión de candidaturas.

Los prosoviéticos tienen previsto dar su voto negativo al informe del secretario general. Rechazan por poco claro el análisis que hace Marcelino Camacho en política internacional, sobre todo en temas como la OTAN o la paz, y tampoco están demasiado satisfechos con la autocrítica contenida en el informe, que consideran insuficiente, cuando no inexistente, respecto a la política seguida por CC OO en los últimos años. Queda la incógnita de la actitud que tomen los carrillistas en la votación del informe general.

El informe del secretario general, presentado ante el pleno en la mañana de ayer, estuvo lleno de improvisaciones respecto al texto original. Camacho finalizó su intervención haciendo un llamamiento a la UGT para defender conjuntamente la jornada de 35 horas semanales y la realización de movilizaciones en otoño.

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