Los Celtics ganaron la Liga de la NBA
Los Celtics de Boston, el club de más solera de la NBA (National Basketball Asociation), consiguieron su décimoquinto campeonato al derrotar a los Lakers de Los Angeles por 111-102 en el séptimo y último partido de la serie final del play-off, que se disputó el martes en el pabellón Boston Gardens. Los Lakers cuentan con un equipo plagado de estrellas millonarias y los sueldos más elevados, mientras que los Celtics representan a la mejor tradición del baloncesto norteamericano, al que más veces cosechó el título, al protagonista que hacía sufrir a los malabaristas Globe Trotters en las finales del celuloide. La misma tradición, también, impone que es muy difícil lograr un título dos años consecutivos. Los Angeles Lakers lo han podido comprobar a lo largo de las tres últimas temporadas. Han sido tres veces finalistas, pero sólo han ganado un título.
Siete veces se habían enfrentado ambos equipos en los play-off, con victoria siempre para los Celtics. Este año todo parecía indicar que la tradición iba a romperse. La brillantez, clase y velocidad de los Lakers tenía que prevalecer contra un equipo que, según los expertos, cuenta sólo con Larry Bird como gran estrella.En realidad, los Lakers perdieron el título por sus propios deméritos al dejarse empatar, en los últimos instantes, los partidos segundo y cuarto para perder, después, en la prórroga. Intentar al final ganar a los Celtics en Boston era, y se demostró, una empresa imposible, a pesar de las predicciones de su joven entrenador, Pat Riley. Con Bob McAdoo lesionado y Magic Johnson con tendinitis, lo que no le impidió jugar, el técnico de los Lakers tuvo que echar mano de tres jugadores que, por diversos problemas, se habían mantenido inéditos a lo largo de la temporada: Jamaal Wilkes, aquejado todo el año de una infección viral; Jurt Rambis, lesionado a mitad de campaña, y Kupchak, recién recuperado de una lesión de rodilla que le mantuvo más de un año fuera de la cancha.
La primera de las cuatro partes de 12 minutos fue un toma y daca continuo, con empates a 12, 20, 22 y 30, cifra con la que se llegaría al primer descanso. Kareem Abdul-Jabbar fue, en ese período, el más efectivo de los Lakers, mientras Henderson destacó por los Celtics. Hubo pocos cambios: sólo entró Wilkes por Rambis y McHale por Maxwell.
Batalla táctica
En la segunda empezó a funcionar el sistema que K. C. Jones, el entrenador de los Celtics, diseñó para romper la defensa doble de los Lakers. Bird, poco a poco, fue encontrando el hueco por donde meterse. Los de Boston se colocaron de salida en 38-32. Pat Riley pidió tiempo muerto y consiguió parar la avalancha. Se llegó a la mitad del encuentro con 58-52 para los Celtics.Si durante los primeros 24 minutos el partido fue una brillante batalla táctica, en la que lo defensivo privó sobre el ataque, lo que redujo la espectacularidad del juego, el tercer período permitió ver el baloncesto más espectacular del año. Los Lakers, con la endiablada rapidez que los ha hecho famosos, aminoraron distancias hasta colocarse en 65-62. James Worthy, desde la media distancia, y Kareem Abdul-Jabbar, reboteando implacablemente, parecieron poder darle la vuelta al partido, pero Henderson y Bird reaccionaron y, durante cinco minutos, las canastas en uno y otro bando se sucedieron a velocidad vertiginosa. Con 73-72, Kareem falló dos tiros libres y Bird aprovechó el rebote para irse solo y recuperar los tres puntos de diferencia. Fue entonces cuando K. C. Jones aprovechó para sentar a su estrella en el banquillo a fin de aumentar la rapidez de su equipo, que se fue irremisiblemente: 80-74, 86-78, para llegar al cuarto período con la máxima ventaja, 91-78, gracias a su dominio de los rebotes y a la baja forma de Magic Johnson, a quien Riley siguió manteniendo en la cancha.
Al inicio de la cuarta parte todo aparentó seguir igual. Abdul-Jabbar continuó fallando sus ganchos y ni Worthy ni Cooper ni Scott acertaron desde media distancia, en tanto que Denis Johnson, Henderson y Parish controlaron todos los rebotes. Pero aún los Lakers, a seis minutos del final, tuvieron tiempo de reaccionar y colocarse de nuevo a tiro del título. La salida de Bird de la pista y una buena racha de Magic acercaron a los de Los Ángeles hasta un amenazador 105-102, con la pelota en su poder y a falta, tan sólo, de dos minutos. Sin embargo, Magic, que hizo uno de sus peores partidos, perdió el balón a manos de Dennis Johnson, que forzó una personal de Cooper y transformó los dos tiros. Kareem falló de nuevo su gancho y Bird aprovechó el rebote para llevarse el balón: 109-102. La suerte estaba echada. Aún Worthy intentó el tiro desde lejos, valorado en tres puntos, sólo para que Henderson cogiera el rebote y pusiese el marcador definitivo en 111- 102.
En poco más de seis meses, 111 partidos culminaron con el triunfo de los Celtics. Tal vez no sean los mejores ni quienes han practicado el baloncesto más bonito. Es un equipo muy integrado en su ciudad, con jugadores que luchan hasta el último segundo y no dan por perdido nunca un balón -se habla siempre del "orgullo céltico"-, pero en esta ocasión demostraron ser los más efectivos.
Celtics: 34 canastas de 86 intentos. 52 rebotes. 23 personales Maxwell, 24. Bird, 20. Parish, 14 Dennis Johnson, 22. Henderson, 9. Carr, 0. Ainge, 10. Buckner, 2 McHale, 10. Clark, 0.
Lakers: 41 canastas de 84 intentos. 33 rebotes. 32 personales. Rambis (7), Worthy (21), Jabbar (29), Cooper (16), M. Johnson (16), Wilkes (4), Scott (4), Nater (0) y Kupchak (5).
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