Gary Hart,
el senador demócrata que aspira a la presidencia de Estados Unidos, ha tenido que frenar sus impulsos literarios. Su colega William Cohen ha dicho que ambos estaban preparando una novela de espionaje, pero que, por el momento, la historia no verá la luz. Hart piensa, seguramente, que le será más fácil escribir de espías si alcanza la Casa Blanca, y se ha puesto a ello con mucha voluntad y, por el momento, con cierto éxito, a juzgar por su victoria en las primarias de New Hampshire.
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