Dos goleadores, dos 'pifias', dos goles
Eran las 21.34 de la noche. Alfredo Di Stéfano, entrenador del Real Madrid, le ordenó a Carlos Santillana que empezara el calentamiente porque "vas a sustituir a Butragueño". A las 21.37, el veterano goleador sustituía al que será, sin duda, su sucesor. Santillana, que, tras el partido frente al Zaragoza, en el Bernabéu, hace quince días, empezó a chupar banquillo, volvió a ser anoche el salvador del Real Madrid y, tal y como confesó nada más retirarse del terreno de juego, "lo que son las cosas, toda la fortuna que me ha estado faltando durante las últimas jornadas se me ha aparecido ahí, en ese remate fallido, que ha servido para ganar". El propio Santillana, que anteriormente había abrazado cariflosamente al Buitre al ocupar su lugar en el campo, reconoció que había tenido mucha suerte. Anoche, ni Butragueño ni Santillana fueron esos portentosos rematadores que esperaba la afición blanca, pero de sus botas surgieron los goles. El Buitre inició la jugada del primer gol también con un tiro fallido y Santillana marcó de chiripa, pero, como dice él, "amigo, había que estar ahí".
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