Ronald Reagan,

de 73 años que ha sido nombrado el "presidente (norteamericano, claro) más en forma de todos los tiempos", tras haber ganado un pulso al director de una revista especializada en culturísmo, que cuenta 61 primaveras, ha sufrido dos reveses en la última semana. El primero fue cuando llamó desde la Casa Blanca para felicitar a dos esquiadoras norteamericanas después de haber ganado unas importantes pruebas en los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en Sarajevo. "Aquí Ronald Reagan", dijo el mandatario cuando Michel Rudigoz descolgó el teléfono. El entrenador francés del equipo estadounidense, sin inmutarse, le respondíó: "Las chicas están acostadas, llámelas mañana por la mañana". Y el presidente tuvo que esperar al día siguiente para hablar con las campeonas. Más espectacular debió de ser el sufrido en la noche del viernes con ocasión de una recepción en su residencia. Carolina de Mónaco, su marido, Stefano Casiraghi, y el resto de la familia monegasca acapararon la atención de los asistentes (artistas de Hollywood, magnates de la industria, personalidades políticas y altos funcionarios del Gobierno), que hicieron cola para saludarles, mientras los anfitriones, Ronald Reagan y su esposa Naney, quedaban relegados a un segundo plano. No se tienen noticias de la gala ofrecida esta madrugada por el príncipe Rainiero para recaudar fondos para la fundación Grace de Mónaco, a la que asistía el presidente y que tenía como figura estelar a Julio Iglesias.