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XIV Juegos Olímpicos de Invierno en Sarajevo

Blanca Fernández Ochoa logró el mayor éxito femenino español en unos Juegos Olímpicos

Blanca Fernández Ochoa continuó ayer en la pista yugoslava de Jahorina la tradición familiar de estallar en las citas olímpicas y rozó la medalla en el eslalon gigante. Tras una espléndida primera manga, que la colocó en el tercer mejor tiempo, le faltó un riesgo parecido al que corrió su hermano Francisco en Sapporo-72 y el trazado más rápido, que le iba peor, acabó llevándola, pese a todo, a un magnífico sexto lugar. Es la segunda mejor clasificación del esquí y los deportes invernales españoles en toda su historia, y el máximo éxito femenino en unos Juegos Olímpicos. Estados Unidos dominó la prueba y ganó así su primer título gracias a la inesperada Debbie Armstrong, que sorprendió también en el segundo recorrido a su compatriota y máxima favorita Christin Cooper.

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El gigante, un descenso en eslalon

Los juegos de Sarajevo entraron en su última semana, que va a ser la única alpina, y no solo se rompió la mala racha del tiempo infernal, sino también el pobre papel español hasta ahora. La meteorología mejoró, pues aun con nieve y más frío, amainó el mayor problema, el viento. Blanca Fernández Ochoa, en la primera prueba alpina del trastocado programa, pasó a la historia de un deporte español que confirma una y otra vez su tradicional estilo individualista para las hazañas. Hasta ayer (aparte de la atleta Carmen Valero y su éxito no olímpico en el Cross de las Naciones) solo la nadadora María Paz Corominas, octava y última en la final de los 100 metros espalda de los Juegos de México-68, había hecho algo mejor en la raquítica parcela femenina de nuestro país.Los Fernández Ochoa, es un hecho, se crecen con el olor olímpico. Si Francisco encontró el mejor día de su vida deportiva precisamente en el eslalon especial de Sapporo-72, su hermana Blanca lo tuvo ayer. Esta temporada solo había conseguido un segundo puesto en el gigante de las Series Mundiales previas a la Copa del Mundo, disputado en Bormio (Italia) cerca del monte Stelvio, escenario de tantas gestas ciclistas españolas "Fuente, Galdos...", pero después no había podido subir de los décimos puestos.

La pista de Jahorina estaba inicialmente en condiciones ideales. Visibilidad buena, nieve helada en lo alto, cerca de la salida (hubo entre 10 y 12 grados bajo cero toda la mañana) con solo diez centímetros de polvo sin asentar, y ya perfecta desde su mitad, a unos 650 metros, hasta la llegada. Condiciones parecidas a las pistas en que se ha entrenado el equipo español para la temporada, prácticamente en hielo, en glaciares y en Argentina. El gigante con un desnivel de 337 metros, salida en la cota 1.665 y meta a los 1.328, tenía un recorrido de 1.332. Blanca Fernández Ochoa, que salió en octavo lugar en la primera manga, hizo ya el mejor tiempo parcial 35.52 y total 1.09.52, al superar a la francesa Pelen, que salió con el dorsal 2, por doce centésimas. La esquiadora española deslizó espléndidamente y trazó muy bien el descenso. Llegó a las puertas con la velocidad y dirección adecuadas, anticipando bien los giros al tomar las curvas, pero sin perder el ritmo y el equilibrio, como le sucedió, por ejemplo, a la suiza María Walliser, más especialista en descenso, y que se cayó al faltarle la necesaria flexibilidad para no pasarse de rapidez y encontrarse con las puertas.

La norteamericana Cooper bajó a continuación de Blanca y la superó con otro gran recorrido, especialmente en la parte final, donde amplió a 65 centésimas las dos del paso intermedio. Aún quedaban nombres importantes por bajar y la duda residía en cuánto resistiría la española. La agradable sorpresa fue que ni siquiera Erika Hess, toda una líder de la Copa del Mundo absoluta y del gigante, ni Irene Epple lo lograron. Solo se metió otra norteamericana, Debbie Armstrong, imprevisible como todos los esquiadores norteamericanos.

Entre las cinco primeras esquiadoras de la segunda manga, debía decidirse ya todo. El orden de salida: Kiehl (RFA), magnífica quinta anterior, y que se mantendría, Pelen, Blanca, Armstrong y Cooper Blanca, al revés que su hermano Paco en Sapporo, donde había hecho el mejor tiempo en la manga inicial, tenía que jugárselo todo aun más en la segunda no solo para mantener el bronce sino para intentar aumentarlo. Pero no lo conseguiría.

Al bajar de ritmo por su propia culpa, quizá con miedo a pasarse de velocidad, y la de un nuevo trazado poco favorable. El francé Molliet, que normalmente parece hacérselos a su medida, esta vez casi formó un descenso muy rápido, con poco de eslalon. La visibilidad a la una y media, hora de la segunda salida, era peor que la perfecta de las diez, pero no fue un problema. Tampoco la nieve, aún más dura, pese a que no dejó de caer en el intervalo, pues al asentarla le echaron un producto endurecedor.

El triunfo de las dos norteamericanas fue sintomático, pues a ambas les va más el descenso. Incluso McKinney, última ganadora de la Copa del Mundo acabó cuarta por hacer la mejor manga. Armstrong era la menos favorita, pues apenas había hecho una buena carrera esta temporada.

Alegría resignada

"Estoy muy contenta con el sexto puesto. Lo hubiera firmado al principio. Las noches pasadas soñé con que terminaba la prueba, me volvía, miraba al marcador y veía un tiempo entre los primeros. Quizá me sabe un poco mal después de haber estado tercera, pero no estoy decepcionada. Significa que estoy entre las mejores y pienso seguir. Otra vez será". Blanca, que cumplirá 21 años el 22 de abril, con 1,68 metros y 60 kilos, morena, de ojos verdes, con un amigo italiano y a la que le gustan otros deportes además de leer y oír música, acogió con alegría resignada su retraso en la segunda manga.La esquiadora de Cercedilla solo dejó traslucir un mínimo desencanto por haber tenido tan cerca una medalla. "Me hubiera gustado conseguirla por tres razones: por Alfonso de Borbón, que lo debe estar pasando tan mal; por mis padres, que les hubiera dado una gran alegría, y por todos mis seguidores, para ofrecerles esa satisfacción. Salí nerviosa en la segunda manga y además me desconcerté un poco al soltárseme un bastón, pero lo que me perjudicó más fue el trazado. Era casi un descenso, por lo que al final perdí la línea sin hacer las curvas tan redondas. Pero bueno, en el eslalon puedo quedar entre las diez primeras", añadió Blanca.

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