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Fracasaron todos los intentos de integración planteados ante el XI Congreso del PCE

La más completa desunión planea sobre el decisivo congreso que el Partido Comunista de España celebrará a partir del próximo miércoles en Madrid, tras el encuentro preparatorio del Comité Central del partido que concluyó ayer sin que los dirigentes comunistas hubiesen logrado elaborar una síntesis de sus divergencias y en medio de duras acusaciones entre carrillistas y gerardistas.

El discurso de tono conciliador con el que el secretario general, Gerardo Iglesias, abrió la sesión de ayer, tratando de acercarse a algunas de las posiciones de los seguidores de su antecesor encontró una hostil respuesta en una posterior intervención de Santiago Carrillo. A pesar de que Iglesias endulzara las críticas a la labor de Carrillo al frente del partido o endureciera los ataques hacia la política del Gobierno socialista.El ex secretario general del PCE dudó de la voluntad real de integración de los gerardistas, y les acusó de favorecer una política de derecha. En cualquier caso, la mayoría gerardista en el comité central se impuso a la hora de votar el informe del secretario general, que fue aprobado por 51 votos contra 25, y las significativas abstenciones de los representantes canarios y gallegos, que parecen haber optado por una vía intermedia.

Las acusaciones de los carrillistas contra la otra fracción se recrudecieron después cuando Iglesias presentó una lista de seis seguidores suyos y ninguno de Carrillo para cubrir la parte correspondiente al comité central entre los 36 miembros de la comisión de candidaturas. Esta comisión será clave en el Congreso, dado que elaborará la lista oficial para el nuevo comité central. El nuevo comité se reunirá inmediatamente después de: concluído el congreso, el próximo domingo día 18, para elegir al secretario general. También impusieron los gerardistas sus nombres en los candidatos para encabezar las ponencias del congreso y en la mayoría de la mesa presidencial del mismo, a cuyo frente figurará el alcalde de Córdúba, Julio Anguita.Las posibilidades de Gerardo Iglesias de resultar reelegido se cretario general tras el congreso son aún inciertas, dado que, aun que contarán con una leve mayo ría en la comisión de candidaturas, no parece claro que ocurra lo mis mo en cuanto a los 810 delegados asistentesal congreso. Así, este XI Congreso del PCE se presenta como el más decisivo, incierto y dramático en la historia del comunismo español.

Fidel Alonso, secretario general de Madrid, carrillista, y uno de los posibles n,ambres para una alternativa en la secretaria general frente a Iglesias, advierte que "si el Congreso se inclina hacia el lado oficial, muchas bases podrían ir a engordar las filas de Ignacio Gallego", aunque él mismo y la mayor parte de los dirigentes carrillistas permaneciesen en el PCE.

Este marco configura el XI Congreso del PCE como decisivo para el futuro de la izquierda española en general y para los rumbos que pueda adoptar el comunismo muy en particular, porque, al margen ya de la existencia de los prosoviéticos de Ignacio Gallego, no son sólo meras diferencias personales las que oponen a los dos sectores enfrentados del PCE. Bajo las acúsaciones, no siempre plenamente fundadas, de duros frente a derechistas, existen dos concepciones muy distintas acerca de lo que debe ser un partido comunista en la sociedad española actual. Mientras los seguidores de Iglesias pretenden llevar paulatinamente el PCE hacia un movímiento amplio de izquierda, los seguidores de Carrillo intentan mantener un partido más cerrado y fiel a la tradición de las formaciones comunistas.

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