Afich Abdelilah,
marroquí, de 20 años de edad, afirma que su plato predilecto es un vaso de vidrio sin adulterar y que come tres vasos diarios para mantenerse en forma. Al parecer, todo empezó un día en el que el joven se despertó y sintió unos deseos irresistibles de darle un bocado al vaso que se encontraba en su mesilla de noche.
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