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El Sevilla puso el fútbol, pero el Atlético hizo el gol

Atlético de Madrid y Sevilla andan metidos de lleno en las reivindicaciones económicas. Hay congelación salarial para las dos plantillas. Anoche, sobre el césped del Manzanares, los andaluces trabajaron a destajo, a veces con virtuosismo y calidad, pero les faltó capacidad en ataque para noquear a su rival. Los atléticos no se quedaron, atrás a la hora del esfuerzo, pero se vieron incapaces de poner en práctica su otras veces mortal contragolpe. Eso sí, con el solitario tanto de Pedraza, hicieron suya la teoría del máximo rendimiento con un reducido número de ocasiones. El Sevilla puso el toque de calidad, pero el Atlético hizo el gol.Con hombres sevillanos, aportaciones de gaditanos ilustres como Montero, y las incrustaciones del virtuoso brasileño Pintinho o el argentino López, Cardo ha fabricado un bloque sólido, homogéneo, que sabe jugar la bola. No hay mayores secretos que la disciplina en el marcaje de Nimo, Serna y el sempiterno Sanjosé -este hombre debe tomar Gerovital-, la elegancia como defensa libre de Álvarez, y, fundamentalmente, la calidad técnica de cuatro hombres que paran, templan y mandan en el centro del campo. Una pena que arriba no se explote bien la velocidad de López, y que Magdaleno se pierda una vez sí y otra también en sus particulares duelos de full-contac con los defensas que cada semana tenga enfrente. Ayer tocó batalla con Balbino. Los jueces dieron nulo. Ambos expusieron una amplia gama de golpes, alguno de los cuales se llevó también el meta Mejías, que tuvo la funesta manía de no apartarse cuando veía llegar a Magdaleno en balones altos. Luis jugó con dos centrocampista natos, como Julio Prieto y Quique, en función de laterales, frente a Montero y López, y supo incrustar en la segunda parte a Mínguez, con lo que por unos momentos desconcertó al Sevilla. Suficiente para que Mínguez, un hombre que debe ser más y mejor aprovechado, diera el pase ideal previo al gol.

JOSÉ DAMIÁN GONZÁLEZ, Madrid

M., Barcelona

Al Atlético le cortaron los circuitos de su contragolpe y por ahí estuvo a punto de sufrir un tropiezo serio. Menos mal que Mejías anduvo listo de reflejos y dejó en sólo sustos remates de López, Pintinho, Nimo, y, sobre todos, uno a bocajarro de Magdaleno que no tenía otro camino que la red, más un disparo forzado de Álvarez que salió fuera tras preciosa jugada de contraataque, y otro al travesaño de López al saque de una falta. El Atlético también tuvo alguna que otra en los pies de Hugo Sánchez, al que respondió Buyo con eficacia, pero en menor grado cuantitativo y de peligrosidad que su enemigo.

Nota positiva para la amnesia de casi todos los jugadores. Afortunadamente, se olvidaron de los incidentes del torneo Villa de Madrid, en el que Arteche le desvió el tabique nasal a Álvarez y éste dijo que era un asesino. Algunos acudieron ayer al Manzananares con cierta morbosidad y para contar las tortas que, intuían, podrían producirse. No fue así. Arteche volvió a ser el de los últimos anos y se olvidó -ya casi lo había conseguido- de codazos y similares, y Álvarez fue todo lo contrario a un jugador con espíritu vengativo. Esta vez, sobresaliente cum laude para ambos.

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