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Ofensiva de la banca extranjera por ganar cuota de mercado en la captación del ahorro interno

La banca extranjera radicada en España esta decidida a dar la batalla por conservar su cuota de mercado e incluso aumentarla a pesar de las limitaciones que el Banco de España ha impuesto a las actividades que tradicionalmente venía realizando. El Manufacturers Hanover Trust ha iniciado el camino al sacar al mercado los pagarés bancarios que han provocado tensiones en sectores de la Administración y de la propia banca privada. En las últimas tres semanas el Manufacturers ha colocado pagarés por valor de 1.200 millones de pesetas y su objetivo es alcanzar rápidamente los 10.000 millones. La banca extranjera inicia de esta forma una nueva penetración en el mercado del pasivo hasta ahora cerrado para ella.

La decisión del Gobierno, instrumentada a través del Banco de España, de limitar la existencia de activos cuasimonetarios en los que basaba su actividad la banca extranjera, ha impulsado a ésta a poner en marcha nuevos instrumentos de captación de pasivo que les abarate sus costes financieros y les permita mantener su presencia en el negocio bancario español. Los bancos extranjeros, hasta ahora, han tenido dos vias de penetración; la compra de bancos en crisis o la emisión de activos financieros no sujetos a coeficientes, como las letras avaladas.Otra parte de su negocio puramente bancario ha sido conseguir dinero en el mercado interbancario y prestarlo a su vez a las empresas mediante la aplicación de un diferencial. La competencia que la banca española ha venido realizando en los créditos a interés variable ha hecho que la banca extranjera abandone este segmento de negocio y que se piense en otro instrumento distinto al Mibor (tipo de interés preferencial en el mercado de Madrid) como marco de referencia a las créditos concedidos por la banca extranjera.

En estos momentos en los que el dinero en el mercado interbancario se sitúa por encima del 25%. la posible actuación de la banca extranjera es prácticamente nula. La normativa actual impone que la banca extranjera vea limitadas sus fuentes de captación de pasivo prácticamente al mercado interbancario. La aparición de los pagarés bancarios, permitida por el Banco de España en los días siguientes a la decisión de limitar las emisiones de sociedades industriales y de la renovación de las letras bancarias, viene a dar un giro sustancial a las relaciones tradicionales hasta el momento.

Pagarés bancarios

Con la puesta en marcha de los pagarés bancarios, a seis meses o un año de amortización, la banca extranjera puede captar pasivo a tipos de interés relativamente elevados -el Manufacturers los saca al 15%- que quedan compensados por sus reducidos costes de transformación. Los cálculos que los expertos de este banco han realizado son que deben prestar estos recursos obtenidos a un tipo de interés que sea la suma del precio al que ellos les cuesta -el 15%- más los costes derivados de que este pasivo esté sujeto a coeficientes -un 3,5% suplementario en la actualidad- y el diferencial que deben obtener, estimado en un 1 %; ello supone un coste total del 19,5%. que se traduce en algo menos por hacerse efectivos los pagos al término de cada trimestre.Como quiera que los costes de transformación son claramente inferiores a los de la banca privada española, este tipo de préstamos compiten claramente incluso con los facilitados por los bancos en crisis y en reflotación que se encuentran exentos de coeficientes. La banca extranjera considera que en estos momentos, y ante las limitaciones que tienen impuestas, el Mibor ha muerto como tipo de referencia para ellos y que se tienen que inventar uno nuevo que vendrá determinado por el coste de su pasivo al que habrá que sumar la repercusión que tenga el cumplimiento de los coeficientes obligatorios.

La decisión de la Dirección General del Tesoro de diversificar sus plazos de emisión de deuda pública en cualquiera de sus denominaciones -pagarés, deuda a medio u obligaciones- les abre las puertas para intentar captar pasivo en los mismos plazos. La aparición de los pagarés bancarios significa, según esto, la primera parte de la ofensiva por lograr una cuota de mercado cercana al 30% de su inversión mediante pagarés bancarios, emisiones de bonos a medio plazo -tres o cuatro años, sin desgravación fiscal- o salida al mercado a plazos mayores siguiendo el ejemplo de las obligaciones del Estado que se intentarán colocar a seis o siete años de amortización.

Todos los instrumentos financieros del Estado similares en plazos de amortización servirán como marco de referencia para los créditos que conceda la banca extranjera, una vez que se les sume el coste en coeficientes y se les aplique un diferencial que garantice la rentabilidad de la inversión. La banca privada española ha reaccionado a la aparición de los pagarés bancarios señalando que ello encarece el coste marginal de su pasivo -en la misma línea que diseñó cuando el Tesoro puso en marcha sus pagarés a corto plazo- e intentando conocer si la actuación de la banca extranjera es legal o no, lo que parece fuera de dudas una vez que el Banco de España se ha decidido a autorizarlo.

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