La AFE presentará denuncia contra tres empresas por apropiación indebida de la imagen de los futbolistas
La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) presentará en septiembre, una vez transcurrido agosto, mes inhábil para los juzgados, una denuncia contra tres empresas editoras de cromos por utilizar la imagen de futbolistas españoles sin la correspondiente licencia legal que la AFE cede para tales efectos. La editorial Cromocrom, de Gerona; Cromos Cano, de Barcelona, y la editorial Maga, de Valencia, serán las empresas afectadas. Asimismo están presuntamente implicadas las empresas Panrico y Cropán, fabricantes de productos para el consumo público, que han establecido acuerdos con las mencionadas editoriales para que su anagrama y firma comercial apareciera en el reverso de los cromos.
El derecho a la propia imagen, reconocido en el artículo 18 de la Constitución de 1978 y desarrollado en la ley orgánica 1/1982, de mayo de ese año, garantiza y protege civilmente el derecho de cada ciudadano a disponer para cualquier efecto de su imagen, ante cualquier reproducción que se haga sin previo consentimiento del afectado.No es así cuando se trata de personas que ejercen un cargo público o una profesión de notoriedad o proyección pública y la imagen se capte durante un acto público, según el artículo octavo de la citada ley orgánica, o en lugares abiertos al público.
Según Lluís Torrent, represen tante de Cromocrom, una de las firmas comerciales presunta mente implicadas en la apropiación indebida de imagen, este último es el caso de los futbolistas que aparecen en los cromos. No es necesario, por tanto, pagar a nadie por hacer uso de esas imágenes, y lo que es más, "cuando la AFE no sabía lo que era cobrar, nosotros le pagamos y les dijimos cuál era el procedimiento que seguían los futbolistas europeos", afirma el representante de la citada empresa.
Sánchez Barrios, ex jugador del Real Madrid y actualmente encargado de publicidad de la AFE, manifiesta que la firma gerundense Cromocrom estableció acuerdos con Panrico, de tal modo que esta última pagaba a la primera a cambio de incluir su anagrama comercial en concepto de publicidad en el reverso de los cromos, cosa que no estaba incluida en el contrato firmado entre Cromocrom y la AFE.
12 millones para la AFE
El conflicto tiene su origen en el mismo año en que la ley fue publicada en el BOE, el año del Mundial-82. La firma Cromocrom, filial de la multinacional italiana del cromo Panini, según fuentes de la AFE, recibió aquel año en exclusiva los derechos de imagen de los futbolistas de Primera y Segunda División, si no todos, la mayoría socios del sindicato de futbolistas.
El representante de Cromocrom afirma haber pagado en concepto de exclusiva a la AFE en aquella operación alrededor de diez millones de pesetas. Y añade que, "además de la nuestra, salieron 12 colecciones más en aquella temporada, sin que ninguna pagara un duro a la AFE".
De la docena de colecciones a que se hace referencia, dos de ellas se publicaron con licencia, según Torrent, cuando la exclusiva la tenía Cromocrom. Pero esta versión es desmentida por Ricardo Recuerda, encargado de asuntos jurídicos en la AFE, quien afirma que una de ellas, Ediciones Este pagó a Cromocrom seis millones de pesetas en concepto de indemnización por haber hecho uso de la exclusiva que pertenecía a Cromocrom, una vez que ésta empresa requirió a la AFE que demandara la piratería existente en el mercado. Asimismo, la empresa Blademer, la segunda con supuesta licencia, no poseía tal, según Recuerda, sino una autorización para comerciar no con cromos, sino con unas fichas plastificadas a las que la empresa introducía una peseta del mundial y para las que sacó, ya sin autorización, un álbum. Blademer desapareció como había nacido.
El propio Torrent asegura que nacieron, en la temporada del Mundial-82, muchas empresas que no habían hecho cromos en la vida, pero que, aprovechando la coyuntura, se hincharon, con la mala o buena fortuna para la AFE de que en aquel momento fue aprobada esta ley de Protección a la Propia Imagen, que sirve para acusar y excusar.
La empresa Cromocrom decidió entonces dedicarse a la presunta piratería de la que la AFE les acusa. Es decir, publicar colecciones sin pedir no ya exclusivas, ni siquiera permiso del uso de imagen. Mediante contrato particular con la firma Panrico, ésta pagaba una cantidad determinada de dinero a cambio de poner el anagrama en el reverso de los cromos, según fuentes de la AFE.
La AFE requirió notarialmente a estas empresas para que dejaran de publicar los cromos de futbolistas, pero éstas hicieron caso omiso.
Dos Interpretaciones
En la misma situación se encuentra la empresa Cromos Cano, de Barcelona, que para editar las colecciones completas y los álbunes de los. jugadores de aquella temporada ofreció a Crespán, fabricante de los productos Cropán, la posibilidad de hacer publicidad en el reverso de los cromos, la cual aceptó.
El asunto se pone turbio cuando la AFE y las empresas privadas presuntamente infractoras pretenden, de una lectura divergente de la mencionada ley, extraer conclusiones que permitan a la primera demandar el derecho a la propia imagen y a la segunda seguir obteniendo beneficios del comercio de una imagen que no les ha sido cedida legalmente, pero que, amparados en su proyección pública, consideran innecesaria la cesión.
Según Sánchez Barrios, el sistema de contratación que sigue la AFE con las empresas demandantes de los derechos de imagen de los jugadores es enviar a todas ellas al mismo tiempo una carta donde se detallan las condiciones económicas que han de cubrir, así como la fecha a partir de la cual pueden disponer de dichas imágenes.
Los beneficios que, la AFE obtiene en este concepto son aproximadamente de doce millones de pesetas, es decir, la mitad del presupuesto de que dispone el sindicato al cabo del año. Si se perdiera este tipo de ingreso, según Barrios, habría que poner cuotas especiales a los socios o algún otro tipo de impuesto que repercutiría negativamente en los jugadores sindicados, en definitiva los mismos que prestan su imagen para que se comercie con ella.
Tampoco los derechos de imagen cedidos por los futbolistas a la AFE son absolutos, sino que en algunos casos, como en el de los jugadores de la Real Sociedad, éstos han exigido tener un conocimiento previo a la utilización de su imagen.
Los finanzas de la asociación
La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) tiene un presupuesto anual de 24,5 millones de pesetas. Doce millones se obtienen de derechos de imagen. El resto del dinero lo recauda la entidad en concepto de cuotas de sus afiliados y del partido que supuestamente organiza cada año con este fin. Actualmente está afiliado a la AFE el 95% de los jugadores de Primera División y el 80% de Segunda. Las cuotas son de 16.000 pesetas anuales para los jugadores de Primera, 13.000 para los de Segunda A, 10.000 para Segunda B, 7.000 para los de Tercera y 3.000 para los no ejercientes. Los dos únicos partidos disputados hasta el momento para incrementar las finanzas del sindicato se jugaron en América Latina (Argentina-AFE, televisado para aquél país, y Bolivia-AFE, en 1980), ya que el partido correspondiente a 1981 no se jugará nunca, por incompatibilidades con otros campeonatos, por lo cual la AFE deberá cobrar seis millones de pesetas en concepto de indemnización. El correspondiente a 1982 se pretende jugar en septiembre de este año, y del de 1983 aún no se sabe nada.La AFE tiene derecho a un jugador de tres que le exija a cada club, con el fin de componer la selección que dispute este partido. Los problemas surgen cuando a los clubes no les interesa ceder a determinado jugador, máxime cuando coincide con fechas de algún campeonato. Por esta razón, casi el 50% de los ingresos de esta entidad proceden de la cesión de imagen de los jugadores a entidades privadas, especialmente para fines comerciales en forma de cromos o similares. Los contratos, según Sánchez Barrios, reportarán unos 12 millones en la próxima temporada, cuando Ediciones Este tenga la licencia del uso de imagen, ya que se permiten tres o cuatro ediciones de colecciones por temporada.
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