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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Exhibición de actores

La costilla de Adán, rodada en 1949 por George Cukor, no es una película excepcional ni encubre, como otras de este gran cineasta, bajo la capa de ligereza, bajo la matemática transparencia de su estilo, una densa visión de lo que ocurre entre nosotros, los individuos humanos; pero, en cambio, es una película endiabladamente divertida y toda ella una antología de cómo actúan unos maestros en el dificilísimo registro interpretativo de la comedia pura.

Spencer Tracy y Katharine Hepburn, y no pretendo con esto descubrir el Mediterráneo, compusieron una de las parejas de comedia -y de todo cuanto les echaran a las espaldas- más perfectas de la historia del cine. Su entendimiento recíproco, su complementariedad, su capacidad de diálogo, verbal, gestual y físico, siendo como eran de escuelas y temperamentos muy diferentes, resultaron insuperables.

La costilla de Adán es un escaparate, casi un ejercicio de virtuosismo, de este inolvidable tú a tú entre Tracy y Hepburn, que es uno de las más hermosos capítulos que el cine nos ha legado. La sobriedad de Tracy era un concienzudo trabajo de contención, pues podía hacer y deshacer con su rostro cuanto le viniera en gana. Se le ve y casi no nos parece actuar, pero hasta el menor de sus gestos es el resultado de una meticulosa elaboración, que echa chispas ante el torrente expresivo de Hepburn.

Pero el escaparate interpretativo de La costilla de Adán -que cuenta con un guión de buena factura, muy buena inventiva de situaciones y excepcionales diálogos, de Ruth Gordon y Garson Kanin- no se acaba en las estrellas, pues cuenta con una cuadrilla de secundarios de primera fila que, ya se sabe, son una de las glorias del cine norteamericano y la garantía de la solvencia de sus dorados repartos. Allí están el admirable y cínico David Wayne -Cómo casarse con un millonario-; Jean Hagen, capaz de hacer en Cantando bajo la lluvia y La jungla de asfalto, con igual maestría, dos personajes opuestos; Tom Ewell, el increíble tipo que da la réplica a Marilyn Monroe en La tentación vive arriba, y Judy Holliday, que el propio Cukor llevó años más tarde al podio del Oscar por su interpretación en Nacida ayer.

La costilla de Adán se emite hoy a las 21.25 por la primera cadena.

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