El soviético Volkov no pudo superar el récord mundial de pértiga
El atletismo, con el término de la natación, acaparó ayer toda la atención de los deportes individuales en la Universiada, mientras en las modalidades por equipos las semifinales de baloncesto y voleibol volvían a tener un gran nivel. El soviético Volkov estuvo a punto de superar el récord mundial de salto con pértiga en su primer intento sobre 5,82, y el cubano Delis, segunda mejor marca mundial del año, hizo una exhibición en el lanzamiento de disco. El español Azulay mejoró su marca personal y se clasificó para la final de 400 metros vallas de la reunión de hoy, en la que también estarán, en 1.500, Vera y Benjamín Fernández.
La jornada de ayer, en su lado negativo, estuvo marcada por la agresión del canadiense Jean Marie Banos a un juez italiano de esgrima, en el torneo masculino por equipos de sable. Los italianos, que han traído a la Universiada a su mejor equipo, como preparación para los próximos mundiales de Viena, han ganado dentro del pasillo de tiro todas las medallas máximas. Fuera de él protagonizaron una patada en los testículos del juez de un deporte de caballeros. Banos, fuera de sí por no haberle concedido un tocado, tuvo que ser sujetado por cuatro tiradores cubanos que se enfrentaban a Canadá.La esgrima no está exenta de sucesos. Tras la muerte de Smirnov, el campeón olímpico y mundial de florete, durante los campeonatos de Roma en 1982, en los Juegos Olímpicos de Montreal-76, fue descalificado el también soviético Onischenko, que en la prueba de esgrima, una de las cinco del pentatlon moderno, hizo trampa al llevar un sistema para el encendido de las luces que señalan los tocados. Fue descubierto y descalificado. Banos ha sido expulsado de los juegos.
La máxima atracción del atletismo estuvo en la pértiga y en el disco. En pértiga, el recordman mundial oficioso (cuya marca de 5,84 de Sibertia, no fue homologada), e soviético Volkov, ganó con 5,65 pero efectuó los tres intentos para tratar de superar el récord oficia que posee su compatriota Poliakov, también presente ayer, en 5,81. Volkov estuvo a punto de superar el listón situado en 5,82 en e primer salto.
El francés Vigneron, que fue recordman mundial con 5,75 y tiene 5,80 de mejor marca, se la jugó a comenzar, haciendo dos nulos sobre 5,40 y saltando al tercer intento, a vida o muerte, los 5,50. De todas formas se quedó en 5,60, pues falló los tres saltos sobre 5,70. Polyakov no pasó de 5,40, como el estadounidense Buckhingham, campeón de Estados Unidos hace unas semanas en Indianápolis y que irá a Helsinki con Olson y Tully. Por delante de ambos estuvo su compatriota Ward, que superó los 5,50.
Exhibición en disco
El otro espectáculo estuvo en disco, donde el cubano Delis, segunda mejor marca de este año y tercera de todos los tiempos, con 71,02, superó por cinco veces el récord mundial universitario. Tiró 66,78, 67,28, 67,84, 68,50 y 69,46. En triple, otro nigeriano, Agbebaku, ganó con 17,26 ante Conley, el segundo americano tras el showman Banks, que hizo 17,20. Ambos pasaron tres veces de los 17 metros. La rumana Radu y el belga Daenens ganaron los 3.000 lisos y obstáculos, respectivamente, con marcas flojas. La española Calleja fue novena en una pésima actuación. El canadiense Leblanc pudo a todos los mejores marchadores italianos, encabezados por el campeón olímpico Damilano, en los 20 kilómetros. El español Maroto, también flojo, fue 152.
Azulay, con 50.58, tercero en su semifinal, sprintando con fuerza, correrá la final de 400 vallas, aunque no Casabona, séptimo, flojo, con 51.46. En 200 ocurrió lo mismo, pues el salmantino Sánchez, con 21.22, su mejor marca, será semifinalista, tras hacer 21.52 en eliminatorias. Prado quedó eliminado.
El baloncesto volvió a dar espectáculo ayer, con los encuentros Yugoslavia-Cuba y Canadá-Estados Unidos. Los primeros equipos vencieron por 110-92 y 85-77, respectivamente. Parece como si norteamericanos y cubanos hubiesen gastado todas sus energías en el durísimo partido del día anterior. Pero Yugoslavia siempre es Yugoslavia, con un equipo renovado tras descolgarse en el europeo, y Canadá, con la escuela norteamericana, se ha preparado con todo esmero en casa. De nada sirvieron las florituras de EE UU.
En saltos, la sobriedad fue la norma de la china Lu Wei, que mantuvo su ventaja ante la norteamericana campeona del mundo Wendy Wyland, y ganó el oro. Hoy, sólo gracias a Louganis, Estados Unidos se empezará a desquitar otro poco de su gran fracaso en el lado masculino.
En voleibol, los cubanos demostraron su enorme potencia, con un jugador, Ruiz, auténticamente excepcional. Dirige a sus compañeros en la cancha, coloca y, sobre todo, bloquea y remata sin apenas errores. Ganó a la URSS por 3-1 y jugará la final contra Canadá.
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