Ruiz-Mateos admite que intentó sobornar a directivos del Banco de España
José María Ruiz-Mateos admitió que se encontraba en un estado de gran agitación ante las noticias de su procesamiento en España y que había aceptado hablar con EL PAIS en su domicilio londinense sin consultar con sus abogados. "Creo que mañana puedo tener un gran disgusto pero me ha encontrado usted en un momento caliente. He tragado mucha quina y ahora no quiero callarme".Ruiz-Mateos declaró que había proporcionado a su asesor y hombre de confianza Antonio Navalón, fondos destinados a eludir la acción del Banco de España contra el grupo por él presidido. Al serle advertido que estaba reconociendo voluntariamente un intento de soborno, el fundador de Rumasa no rectificó sus acusaciones: "Repito que le di una cantidad muy importante que él pidió para tranquilizar a las fieras del Banco de España. Yo no sé donde está ese dinero". Sin embargo, no quiso aclarar la cuantía exacta de esas presuntas sumas entregadas a su antiguo asesor.
Ruiz-Mateos afirmó que abandonó España 10 días después de la expropiación de Rumasa porque así se lo aconsejó "un portavoz del Gobierno". Ante la petición de que identificara a ese portavoz se limitó a añadir que "es del Ministerio de Economía".
En ocasiones anteriores había afirmado que su salida de España se debía al consejo de sus abogados. En sus declaraciones a Efe, manifestó que mientras el Gobierno socialista estuviese en el poder no podría regresar a España y expresó su esperanza de volver cuando haya otro Gobierno que sea capaz de valorar mi capacidad empresarial, mi nobleza, entusiasmo y limpieza".
Negó que tras la expropiación se le hubiera asesorado en el sentido de propiciar un golpe de Estado. "Yo no soy político", dijo, "lo que sí me ha dicho mucha gente es que una organización de la importancia de Rumasa necesitaba unas buenas relaciones con la política, y ese es, tal vez, el error por el que ha sucedido lo que ha sucedido".
En relación al auto de procesamiento dictado contra él y otros dos altos ex directivos de Rumasa, José María Ruiz-Mateos rechazó tajantemente que hubiera falsificado ningún documento público ni antes ni después de la expropiación: "Otra cosa es que en un grupo de 500 empresas, con ceritenares de ejecutivos, alguno cometiera un error cambiando un documento". Ruiz-Mateos no admite que llevar doble contabilidad o no pagar a la Seguridad Social las cotizaciones retenidas a los trabajadores sea un acto delictivo. "Eso lo hacen todas las empresas de España", dijo, "y hasta se ha aprobado una ley, curiosamente después del caso Rumasa, para permitir que los empresarios puedan negociar con el Ministerio las cantidades adeudadas". El ex presidente del holding de la abeja no tiene conciencia de haber cometido ninguna infracción: "No he hecho nada inmoral, no hago trata de blancas o contrabando de armas. Yo no he vendido el aceite de colza".
Ruiz-Mateos, que continúa viviendo en un apartamento duplex en el barrio londinense de Chelsea, arremetió con furia contra Antonio Navalón y Joaquín López Ayuso, "dos personas que cobraron mucho dinero de Rumasa". Afirmó que confiará en la justicia española cuando los jueces ordenen también el procesamiento de sus dos antiguos empleados.
Al leerle las declaraciones del juez Lerga, que publica hoy este periódico, asegurando que el caso Rumasa estará rodeado de todo tipo de garantías jurídicas, añadió: "Yo no desconfío del juez, líbreme Dios. Si fuera sólo por los jueces me presentaría mañana en España, pero mi caso está muy politizado. ¿Por qué se han aplazado hace pocos días dos vistas que estaban previstas en los juzgados números 18 y 21?"
Ruiz-Mateos aseguró que en el caso Rumasa están implicadas personas muy importantes", pero se negó a identificarlas o a proporcionar más datos al respecto. "Estoy de acuerdo, como usted dice, que sin pruebas la gente me puede creer o no, pero a lo mejor algún día habrá que dar esas pruebas. Por el momento, bastaría que usted publicara eso en el periódico para que mucha gente se asustara".
También se mostró especialmente dolido con la gran banca española y, en concreto, con el presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, que envió una carta al Gobierno felicitándole por la expropiación de Rumasa: "Nunca olvidaré esa carta. Pocos días antes de la expropiación, Botín estuvo comiendo en mi mesa, en Rumasa, y puso verde al Gobierno. No tome esto corno una demostración de amargura, simplemente quiero dejar las cosas en su sitio".
Expresó su perplejidad por el hecho de que el Gobierno permita que la audítoría de Banesto la realice una empresa española, Espacontrol: "Eso y nada es lo mismo. ¿Por qué no le obligan a admitir una auditoría de Arthur Andersen, como nos obligó a nosotros? Hay un agravio comparativo".
En su relación de quejas no falta la figura del Rey a quien Ruiz-Mateos afirma haber prestado "servicios importantes", ni la del presidente del Gobierno, que, según él, le alentó y felicitó en numerosas ocasiones: "Si Felipe González tiene una calle con su nombre en Castellar de la Frontera es gracias a mi generosidad. Fui yo quien cedió 300 hectáreas de la finca de la Almoraima y quien le permitió apuntarse el triunfo".
"El señor Felipe González, en seis comidas que tuve con él", indicó Ruiz-Mateos a Efe, "me dio aliento y estímulo, y me decía que yo era un desclasado, que no formaba parte de la oligarquía clásica, tradicional y conservadora del país, y que Rumasa había cuidado el empleo, que era una maravilla de organización y que debíamos contribuir a la creación de los 800.000 puestos de trabajo previstos en el programa socialista. Después de seis reuniones con el presidente y todo eso que me dijo, pasó lo que pasó...".
Ruiz-Mateos reiteró que el real decreto de expropiación es inconstitucional y que "el que compre alguna empresa de Rumasa sabe que compra un pleito detrás, porque lo único que me queda ya en la vida es acumular toda la energía en atacar y defender lo que me corresponde legítimamente, lo que se me ha robado por el Estado".
"Algunos que tienen interés en comprar empresas o bancos de Rumasa", dijo, "lo que quieren es una breva, que se la regalen, y el que va a por esa breva, si se la lleva, se encontrará también con el pleito y tiene el riesgo de tener que devolver la prenda. En esas condiciones ¿quién va a comprar nada?"
Sobre si existía un gran interés en la gran banca española por la expropiación de Rumasa, Ruiz-Mateos declaró que "eso es como el cuento del trineo lleno de niños, al que siguen los lobos hambrientos detrás. Entonces, ante el peligro de que todos los niños sean devorados, se tira a uno de ellos y así los lobos se entretienen en lo que es un escarmiento de tal envergadura, que los lobos se envenenan y ya no persiguen a más niños, y esa ha sido la estrategia de los grandes".
Con respecto a la actuación de la justicia española, el ex presidente del holding expropiado dijo: "Yo no he tenido en mi vida ningún problema en acudir a los tribunales y nunca he dejado de asistir cuando se me ha citado. Pero, en un asunto tan importante como éste, ¿qué garantías tengo yo, después de este expolio gigante, tremendo e injusto del que he sido víctima? ¿Con un Gobierno que ha actuado de esta manera, quién me garantiza a mí que va a haber una justicia que actúe debidamente? Quiero creer en la justicia española", dijo, "pero todo este asunto está tan politizado que ello se sitúa por encima de los tribunales".
Ruiz-Mateos defendió a otro de los procesados por el juez Lerga, José Díaz Hidalgo. "Lo único que me falta ya es que me acribillen o me fusilen públicamente, pero a este director general, si le procesan, tendrían que procesar también a otros directores generales que están más implicados, como López Ayuso. De modo que encuentro todo muy injusto".
"López Ayuso sí que tiene motivos suficientes para ser procesado, y no Díaz, que no ha hecho absolutamente nada más que transportar dinero a determinadas personas políticas, que son las que se podrían ver envueltas y comprometidas", dijo Ruíz-Mateos. Culpó de trasvasar fondos y subvenciones a instituciones políticas a Antonio Navalón y a su equipo que, según afirmó, "se encargó en los últimos tiempos de asesorarme y de mantener las relaciones políticas con el poder".
"Ahora", dijo, "Navalón ha desaparecido, se ha inhibido, pero es la persona más implicada en todo lo sucedido y el que conoce el secreto de todos los fondos de Rumasa". También disparó dardos contra Antonio Serra Santamans, vinculado a Asepeyo y a Catalana de Seguros, que actuó como fiduciario -"cobrando buen dinero"- de la bodega Terry y que "las ha cedido al Gobierno sin mi permiso", así como contra Juan Lladó, uno de los administradores actuales de Rumasa, a quien acusó de mantener, "una persecución personal contra mí. Está actuando como un comisario político", añadió.
El ex presidente de Rumasa aseguró que las empresas del grupo pierden actualmente 10.000 millones de pesetas mensuales, pero no pudo o no quiso explicar como había llegado a esa conclusión. "Sólo puedo decirle que las cifras de ventas de las empresas expropiadas han bajado enormemente. Todo está abandonado. Ricardo Goytire, que debería dirigir el grupo, está enfermo con hepatitis y nadie se ocupa de las 500 sociedades".
En relación con el pleito que se inicia el próximo día 11 en Londres sobre la propiedad de Multinvest y consecuentemente de las empresas de Rumasa en el Reino Unido, Ruiz-Mateos afirma que son sólo flecos: "Es como si a alguien le quitaran un palacio inagnífico y encima cuando se quiere llevar un jarrón o una mesilla de noche se echaran sobre él. Ruiz-Mateos reconoce que la defensa de sus intereses en el Reino Unido le ha obligado a contratar cinco despachos diferentes de abogados británicos, pero niega que disponga de grandes cantidades de dinero. "Me están ayudando con préstamos", explica, aunque tampoco quiere identificar a las personas que le proporcionan el dinero. El ex presidente de Rumasa asegura que son completamente falsos los rumores según los cuales dispone de 50.000 millones de pesetas, situados en cuentas bancarias fuera de España. "Ha sido justamente lo contrario. Otros grupos financieros han sacado dinero pero yo, que no viví la guerra, no lo he hecho, y puedo asegurarle que lo siento".
Matías Cortés, abogado de Ruiz-Mateos, que se encontraba ayer en Londres, explicó a este periódico, al ser preguntado por las declaraciones de su cliente, que Ias desconocía". Tras serle leídos algunos párrafos, manifestó que "sin duda se deben al estado emocional que la noticia del procesamiento ha causado a Ruiz-Mateos. Lamento que haya hecho declaraciones en este estado. No comparto las calificaciones que hace de la justicia española ni de otros altos organismos del Estado, y creo que José María también confia en el fondo en los tribunales de nuestro país".
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