Pesimismo en la reunión de la UNCTAD en Belgrado
Tres días de aguacero sobre el acristalado centro Sava de Belgrado, cerca del Danubio, han hecho descender un halo de depresión psíquica sobre esta sexta Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que trata precisamente de depresión económica mundial y de acercar a países ricos y pobres del planeta, cara a soluciones conjuntas.A acrecentar desilusiones contribuía el viernes por la noche el documento presentado por EE UU en nombre del grupo b, que incluye a España. Australia manifestó ya sus reservas. La mayoría de los 125 países en desarrollo presentes en Belgrado ven en el documento un intento de ratificación de la ley de la jungla liberal: si los países en desarrollo quieren que los ricos les abramos nuestros mercados, que ellos nos abran los suyos.
Según dicho documento, sería el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) el marco ideal para luchar contra el proteccionismo. Pero mientras que los países ricos controlan el GATT y sus normas, los Estados en desarrollo están como en su casa en la UNCTAD. El Take 6, diario de la UNCTAD en inglés, es prácticamente una tribuna tercermundista. En esta sexta conferencia, los países en desarrollo siguen buscando un lugar en esta tierra en crisis para que sus tres quimeras echen raíces: creación de un fondo internacional destinado a estabilizar los precios de los productos básicos contra fluctuaciones ruinosas, creación de más dinero internacional (derechos especiales de giro) por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y pleno acceso a los mercados.
Los más viejos de la UNCTAD (seis conferencias ha habido desde 1964) estiman que el documento de integrismo liberal occidental era lanzado la víspera del verdadero inicio de las discusiones sobre la plataforma de Buenos Aires
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