800 delegados asistirán al 33º Congreso de la UGT
"No voy a escenificar ninguna contestación en el Congreso. Yo prefiero un Congreso tranquilo y sereno, aunque eso no sea noticia y los periodistas prefieran el escándalo". Con estas palabras Nicolás Redondo, secretario general de UGT, respondía ayer a las dudas sobre la posible atonía que aparentemente tendrá el 33º congreso confederal de la central socialista que, con el lema Desde el poder sindical a la solidaridad, se celebrará en Madrid del 1 al 5 de junio próximos. En el transcurso de una conferencia de prensa, Nicolás Redondo manifestó que previsiblemente, cambiarán pocos nombres en los órganos de dirección y matizó que la concertación social no debe ser un sistema de política sindical, sino que debe responder a una determinada estrategia coyuntural.
Un total de 800 delegados, representando a 602.000 cotizantes de las federaciones de industria y territoriales participarán en los trabajos del 33º congreso de la Unión General de Trabajadores. Nueve ponencias sobre política sindical, organización y estatutos, política internacional, política industrial y nuevas tecnologías, imagen, formación y política institucional, serán debatidas a lo largo de los seis días que durará el congreso.Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid, dará la bienvenida a los congresistas, en el acto de apertura en el que intervendrá también Alfonso Guerra, como vicepresidente del PSOE. Al congreso asistirán 53 delegaciones invitadas, entre ellas, de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Entre los temas más importantes, Nicolás Redondo, subrayó ayer la reestructuración de la comisión ejecutiva y la adscripción de los cuadros y mandos intermedios al sindicato. En este aspecto, manifestó que la integración de determinados colectivos, producida últimamente, obligaba a una modificación de los estatutos de la central que sólo admiten la adscripción individual.
Período entre congresos
Otro tema que previsiblemente requerirá de un fuerte debate es el período entre congresos y el establecido para las reuniones del comité confederal. Actualmente los congresos se vienen celebrando cada tres años y, algunas de las ponencias presentadas proponen que se alargue en un año. La misma situación se da en el comité confederal: la propuesta -que cuenta con la oposición de algunos sectores- se inclina por celebrarlos cada seis meses y no cada cuatro como hasta ahora ha venido siendo habitual.El secretario general de UGT señaló que, personalmente, desearía que el 33º congreso ratificará los acuerdos de los anteriores sobre desaparición de los bloques a nivel internacional y contra la instalación de bases en España. Al mismo tiempo, mostró su convencimiento de que había que celebrar el referéndum sobre la OTAN.
UGT seguirá criticando
Aseguró la elevación de cuotas, aunque admitió que ello tenía un efecto sobre la afiliación, y subrayó que las discusiones se centrarían en el reparto de las mismas. La política de concertación será también, a juicio de Nicolás Redondo, debatido en profundidad. En este aspecto aclaró que, por su parte, no está de acuerdo en que la concertación pueda ser un sistema de política sindical. "La concertación", dijo, "ha de ser coyuntural y debe responder a un momento concreto, porque, a veces, puede uno preguntarse si hay con quién concertar".Respecto a la política del actual Gobierno y el papel que UGT jugará en el futuro, Redondo aseguró que la central seguiría criticando, cuantas veces sea necesario, la gestión del Gobierno. En este aspecto, señaló determinadas medidas que preocupaban al sindicato, flexibilización del mercado de trabajo, contratación. temporal y fondos de pensiones. Aseguró, a preguntas de los periodistas, que "el congreso poco podrá estudiar sobre su postura respecto al plan cuatrienal del Gobierno, porque no sabemos su contenido ni hemos mantenido contactos con el Gobierno que hubieran podido aclararlo". Rechazó la posibilidad de que se hubiera dado un trato de favor a UGT en el patrimonio sindical y dijo que "habrá que analizar cuál ha sido el patrimonio que hasta ahora se ha dado en usufructo a cada organización. Y, desde luego, nuestra organización no será la más favorecida".
Por otra, parte, y ante la posible atonía que, aparentemente, tendrá el congreso, el secretario general de UGT afirmó que "eso no es malo. Yo prefiero un congreso tranquilo, sereno, sin crispaciones. Aunque comprendo que la noticia está en el escándalo. Pero para poder trabajar a gusto es mejor que haya tranquilidad". Y añadió que posiblemente permanecieran muchos de los hombres que actualmente ocupan los cargos de dirección en la organización, "ello se debe a que la actividad sindical es menos brillante que la política".
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