López Cerrón, cazado al final de su larga escapada
Las exigencias de los corredores extranjeros, especialmente del equipo italiano del campeón del mundo, Guisseppe Saronni, que confirmó haber venido a la Vuelta sólo como rodaje para el Giro, unido al hecho evidente de unas condiciones climatológicas adversas en la primera parte del recorrido, estropearon por completo la etapa de ayer entre Viella y Sabiñánigo. La organización no supo oponerse al plante iniciado por los italianos, Y secundado por unanimidad, ciertamente, por el resto de corredores, y así de una neutralización oficial prevista en el túnel de Viella de cinco kilómetros, se pasó a 84. La polémica también volvió al final con el triunfo al sprint de Suárez Cuevas, protestado por Juan Fernández, segundo clasificado. La figura del día fue López Cerrón, cazado justo en el último kilómetro, tras haber rodado toda la etapa en solitario.
Los 221 kilómetros de recorrido de esta séptima etapa quedaron reducidos a 137. La salida en Les ya se produjo bajo una fuerte lluvia y un frío intenso, circunstancias que se ampliaron aún más a la llegada al túnel de Viella (kilómetro 26), donde se iba a producir la neutralización oficial de cinco kilómetros. Al alto, de segunda categoría, había llegado ya el Zor, López Cerrón, con una ventaja de cuatro minutos y cincuenta segundos sobre el pelotón. Fue en este momento cuando comenzó el movimiento de plante de los corredores del equipo de Saronni, para quien la Vuelta es sólo una especie de conejillo de indias de cara al Giro. La actitud de los italianos fue secundada rápidamente por los franceses del equipo de Hinault, y ratificada por el resto de corredores.El plante de los ciclistas tomó cuerpo sobre la base de la fuerte ventisca que se producía en esos momentos, y por las dificultades del descenso, con nieve, del túnel de Viella. Los organizadores, sin embargo, dieron la salida a López Cerrón, pero no pudieron hacerlo con el resto del paquete, que mantuvo su posición de plante. Charlas, contactos, y en último término se decidió neutralizar nuevamente la carrera hasta el kilómetro 52, en Vilaller, pero tampoco hubo forma y, finalmente, no fue hasta el kilómetro 105, en Campo, donde se produciría otra vez la salida oficial, tras 84 kilómetros con los trasladados en coches.
La polémica se desató desde ese momento, con opiniones y criterios dispares. La mayoría mantenía la tesis de que no había motivos para esta amplia neutralización, tal como afirmó el ex corredor Miguel María Lasa. Obviamente organizadores y ciclistas mantenían tesis contrarias. Así, Juan Crespo, director de carrera, echaba balones fuera al señalar que "bueno, sí, ha habido un pequeño plante de corredores, que parte como siempre de un grupito, y que luego es muy dificil de parar por la organización, porque todos se han puesto de acuerdo. De todas formas, no es tan grave el haber transigido. Con este tiempo malísimo podían haberse producido bronquitis en muchos corredores, y se ha optado por una política de buena voluntad". Los miembros del jurado técnico sostenían su posición sobre la base de cuestiones de humanidad. Y los corredores hicieron llegar también sus opiniones favorables a la neutralización.
Así, Chozas manifestó que "la idea partió de los italianos, del equipo de Saronni, pero todos mostramos luego nuestra unanimidad".
Lo cierto es que la organización no quiso arriesgarse a una protesta mucho más fuerte de los corredores, y así desde ese kilómetro 105 se dio la salida oficial nuevamente, primero a López Cerrón, y casi cinco minutos después al resto del paquete. La ventaja del corredor del Zor llegó a ser de hasta nueve minutos por la meta volante de Boltaña (kilómetro 143) tras haber pasado en primer lugar por el Collado de la Forarada (kilómetro 114), de tercera categoría. Por la cima del alto de Sarrable (kilómetro 159), de segunda categoría, su ventaja ya había disminuido a cinco minutos y medio. Pese al magnífico control que ejerció sobre el resto de equipos el Zor, no se pudo evitar que el bravisimo corredor López Cerrón fuera alcanzado poco después de traspasar la señal del último kilómetro, ya en Sabiñánigo.
En el sprint volvió a saltar la polémica. Se impuso Suárez Cuevas, del Hueso, sobre Juan Fernández, del Zor, pero éste protestó por considerar que "Suárez Cuevas cometió una irregularidad al lanzarse sobre la izquierda cuando vio que podía rebasarle. Tuve que frenar para no irme al suelo". El vencedor se defendió asegurando que "yo venía por el centro, y la carretera era muy ancha y sin problemas para que se me hubiese rebasado".
El director del Zor, Javier Mínguez, pidió a los comisarios que presenciaran el video, y tras hacerlo se decidió mantener las posiciones de llegada. Y en medio de esta polémica quedó López Cerrón, que llegó a la meta llorando amargamente al no haber podido culminar su magnífica carrera individual durante toda la etapa.
Hoy se correrá la octava etapa, contra reloj individual, de 38 kilómetros, desde Sabiñánigo al Balneario de Panticosa, puntuable de primera categoría.
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