Eire, difícil adversario a batir por España

Los irlandeses ya saben lo que son los alegres festejos de El Tubo. La selección irlandesa realizó ayer dos sesiones de entrenamiento, seguramente para sudar la cerveza ingerida. La selección de Eire ha mantenido en Zaragoza las viejas tradiciones de los clubes de las islas. El equipo español, mientras tanto, ha estado recluido en Zuera dedicado a ser mitad monje en la espera y mitad soldado, si se puede, durante el encuentro. Aunque el equipo irlandés sea una formación cazada a lazo, será difícil de batir. Tanto que, en principio, es en la actualidad peor adversario que Holanda.

A los irlandeses les citaron en el aeropuerto de Londres, lugar habitual de concentración. Irlanda, que en las competiciones de clubes no es una potencia, siempre posee un equipo muy apañado, porque todos sus grandes jugadores se curten en los campeonatos oficiales de Inglaterra. Desde un punto de vista estricto, el equipo que se enfrentará hoy a España es una selección de la liga inglesa. Su potencialidad y peligro radican en las características de juego viril y correoso, de largos desplazamientos de balón y disparos potentes a puerta.Con respecto al encuentro de ida Irlanda ha perdido tres piezas importantes, como son el centrocampista Brady, enrolado en el fútbol italiano, el defensa Moran y el delantero Robinson. Teóricamente, el conjunto es inferior al que empató a tres tantos en Dublín. No obstante, con el fútbol dé corte británico, hay que tener siempre muchas precauciones.

Por el momento, el balance entre ambas selecciones es netamente favorable a España, pero no hay que olvidar que algunas veces los visitantes han sido capaces de producir la sorpresa. Con Zamora, Ciriaco, Quincoces, Martí, Solé, Castillo, Piera, Goiburu, Samitíer, Arocha y Gorostiza empataron a un tanto en Montjuic, en 1931, y en 1946 vencieron a España en el Metropolitano cuando como delanteros jugaron Iriondo, Panizo, Martín (Zarra), César y Gainza. Un año más tarde repitieron triunfo, a pesar de la gran actuación del denominado galgo de Dublin. Para que España pudiera acudir al Mundial de Inglaterra tuvo que recurrir a un encuentro de desempate en París, en el que un gol de Ufarte la clasificó.

La selección que dirige Muñoz necesita la victoria para poder llegar al encuentro de Holanda con muchas posibilidades de clasificación para la fase final de la Eurocopa. Una sorpresa esta noche de La Romareda pondría las cosas difíciles ya que Holanda por el momento goza de la ventaja que le supuso el apaño del primer encuentro ante Malta.

Miguel Muñoz únicamente mantenía ayer una duda en el equipo: Rincón. La capacidad realizadora del bético y su genio hacen meditar al seleccionador y nada de particular tendría que finalmente hiciera su presentación en el equipo nacional. Ello reportaría a Rincón una prima especial de millón y medio de pesetas, que es lo que tiene estipulado.

Entre los seleccionados no hay más nube que la que les produce ese grupo de jugadores que ha situado la federación para intentar solucionar sus problemas. Entre los internacionales existe la creencia de que la solución del caso no reside en ellos, por medio de una protesta, sino de los medios que pueda utilizar la AFE, que es el sindicato de los jugadores profesionales.

Una postura de fuerza de los seleccionados en la hora de un compromiso importante podría resultar funesta de cara a la opinión pública, en el caso de que se produjera un resultado adverso frente a Irlanda. Sucede, no obstante, que una opinión firme del equipo español sí serviría para reconfortar a quienes no han encontrado mejor medio para reclamar sus derechos que un duro sitio a la Federación.

El seleccionador irlandés anduvo remiso a la hora de anunciar la formación oficial, pero finalmente facilitó este once: Mc Donagh; Lawrenson, Martin, O'Leary, Hughton-; Grimes, Grealish, Whelan, Waddock; Wallhs y Stapletón. Miguel Mufloz, en principio, se inclinará por Arconada; Juan José Bonet, Maceda, Camacho; Víctor, Seflor, Gordillo; Marcos, Santillana y Carrasco. Rincón tendrá su oportunidad en cualquiera de los puestos de la delantera. El árbitro del encuentro será el soviético Bunenko.