La oportunidad de una utopía

Cuando Gabriel García Márquez, en su discurso ante la Academia Sueca con motivo de la entrega del último premio Nobel, decía que "no es demasiado tarde para emprender la creación de una nueva y arrasadora utopía de la vida... donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la Tierra", quizás se refería a iniciativas como ésta del Encuentro en la democracia.

Por lo menos, la impresión que tienen los participantes en las ponencias es optimista. El escritor paraguayo Augusto Roa Bastos trae al Encuentro una prop...

Cuando Gabriel García Márquez, en su discurso ante la Academia Sueca con motivo de la entrega del último premio Nobel, decía que "no es demasiado tarde para emprender la creación de una nueva y arrasadora utopía de la vida... donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la Tierra", quizás se refería a iniciativas como ésta del Encuentro en la democracia.

Por lo menos, la impresión que tienen los participantes en las ponencias es optimista. El escritor paraguayo Augusto Roa Bastos trae al Encuentro una propuesta concreta que consiste en una alianza cultural entre los pueblos iberoa mericanos. "Creo en la posibilidad de esta alianza, sobre todo en el plano cultural, donde las dificultades de entendimiento son siempre menores que en otras áreas. En la cultura somos pueblos más homogéneos".

Esta alianza se concreta en unos objetivos que pasan por un planteamiento de un cambio, en el que sea más perceptible la comprensión de los distintos países, dado que en el terreno cultural existen muchas pulsiones comunes que están incluso por encima de las ideologías. Otro de los objetivos concretos de esta alianza sería la creación de una comisión cultural permanente, de carácter consultivo, que estaría integrada por representantes de todos los países del área latinoamericana y española.

El objetivo final sería la integración cultural, y a ser posible política, de todos los países, sobre la base de un equilibrio democrático.

"El proyecto de Encuentro en la democracia lo considero muy importante porque es la primera oportunidad que se brinda en la sociedad española y latinoamericana para estudiar los problemas conjuntos en los países de estas áreas. Yo, que soy refractario a los coloquios, tengo confianza de que este que hoy comienza pueda abrir unas vías eficaces de diálogo permanente. Considero este Encuentro como un proyecto español para el establecimiento de una nueva solidaridad, algo que no ha existido antes y señalo como un dato muy positivo el hecho de que se haya incluído también a Portugal y Brasil".

Por su parte, el director de la Real Academia de la Lengua, Pedro Laín Entralgo, declara: "Mi opinión es muy favorable, muy positiva, si la gente que va a hablar lo hace con sinceridad, y con voluntad de proponer algunas vías de solución a este drama de los países americarios".

Cree, por otra parte, que la actitud oficial en nuestro país, en los años anteriores, ha consistido en "no saber aprovechar lo que Latinoamérica podía ofrecer", pero que todavía es tiempo de rectificar.

Quizás la única opinión desesperanzada sea la de Juan Carlos Onetti, quien no puede asistir al Encuentro por hallarse enfermo: "Soy tan, tan escéptico", dice. "Yo creo que todos estos congresos terminan con manifiestos y así, pero en la práctica, en la realidad, rara vez tienen un efecto positivo". Por otra parte, le parece muy bien que España tome las riendas en este asunto. "Pero tenemos el problema del estado político de toda Latinoamérica, lo cual es gravísirno".