Vuelve la cautela en la oferta compradora
Como un jarro de agua fría ha caído esta última sesión del mercado de valores sobre el ánimo de los inversionistas, al menos en cuanto se refiere al mercado madrileño. Pero esta jornada tiene varias lecturas, y ésta que se adelantaba es sólo una de ellas. Otra puede ser, a la vista de la evolución del índice general y la contratación, que el mercado, tras la exultante sesión del martes y las realizaciones de la sesión siguiente, ha continuado afianzando sus bases de una manera tan discreta como eficaz. Y una última lectura, más pragmática e interpretativa, es la de algunos especialistas del mercado y que en resumen viene a decir que a lo largo de las tres últimas sesiones se han sucedido indiscriminadamente las realizaciones de plusvalías con la toma de posiciones en los valores que actualmente se consideran con más posibilidades.Y sobre la jornada de ayer hay que decir que, efectivamente, los que deseaban retirar sus beneficios se volvieron más cautos cuando comprobaron que había dinero al acecho para cualquier partida que se ofertase. Casi se podría pensar en un cambio de táctica por parte de los compradores, que en lugar de empujar los precios al alza con sus demandas, prefieren dejar que sea la oferta la que les deje caer en sus manos a unos niveles más bajos.
En casi todos los corros se mantenía al cierre la posición de dinero, tal y como aparecía el día anterior, pero hay que repetir que es un dinero bastante menos espontáneo en sus alegrías que el que proviene de la barandilla. El comportamiento ha sido muy parecido a lo largo de la sesión y tras las primeras ofertas. Éstas fueron rápidamente absorbidas, y el recelo por parte de los poseedores de los títulos hizo que surgiese una cautelosa oferta, que al final era la que dominaba la situación.
La máxima variación en los indicadores sectoriales se registró en el grupo de constructoras y cementos. Aparte de la demanda anterior, se ha registrado una inusitada predilección por estos títulos por parte del capital extranjero, centrado sobre todo en las compañías cementeras. Fue este el único sector en el que la demanda tuvo que salir en busca de títulos, dándose la consiguiente subida inmediata de sus precios.
Era muy esperada la entrada en el juego del sector bancario, para poder deducir de ella un comportamiento más o menos significativo ante la marcha del mercado, pero la banca no dijo ni si ni no, sino todo lo contrario. Los saldos por caja de los siete grandes aparecieron con los títulos repartidos a partes iguales para la oferta y la demanda, con lo que el resultado final eran 1.500 títulos a favor de la oferta. Las consecuencias fueron repeticiones y alzas que lograron llevar el índice general a buen puerto, pero que continúan sin dejar clara su postura en el mercado de valores.
Poco más queda por añadir a esta jornada, salvo volver a incidir en el hecho de que ha servido para demostrar que por el momento el mercado de valores no se muestra dispuesto a abandonar las posiciones en las que ha logrado situarse. Es evidente que la situación económica internacional, con unos síntomas de recuperación evidentes y la reducción en los precios del petróleo, están logrando alejar toda una serie de incertidumbres sobre el futuro y hacen que la inversión se muestre menos reticente a la hora de plantear sus actuaciones a medio plazo.
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