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Autocrítica de Gerardo Iglesias en la jornada inaugural de la conferencia nacional del PCE

La conferencia nacional del Partido Comunista de España (PCE) se inauguró ayer en Madrid con la lectura de un informe del secretario general, Gerardo Iglesias, que contiene una fuerte autocrítica de la política comunista y su plasmación en los resultados de las elecciones del pasado 28 de octubre. El anterior secretario general, Santiago Carrillo, que estuvo ausente de las reuniones del Comité Central del pasado martes, tampoco asistió ayer a la conferencia, lo que se interpreta como un alejamiento cada vez mayor de las posiciones mantenidas por Gerardo Iglesias.

Iglesias, en su informe de casi dos horas, leído en tono monocorde, hizo numerosas citas tácticas e intranscendentes a acuerdos con su antecesor e incluso quitó hierro, al aludir a pasados errores del partido -"soy consciente de que muchos de ellos puede que fueran inevitables"-, pero se distanció considerablemente de Carrillo en algunos temas, como la necesidad de un frente democrático, considerado por *el anterior secretario general como uno de sus grandes empeños estratégicos."¿Podemos seguir manteniendo?", se preguntó Gerardo Iglesias, "¿la denominación de frente democrático?, obviamente no," se respondió. "Cuando menos resultaría confusa. ¿Con quién haríamos hoy el frente democrático?". Sí habló el nuevo secretario general del PCE de "estrategia de colaboración democrática" o de "cooperación" en el marco de la lucha contra la bipolarización política y de un apoyo al Gobierno socialista, aunque no necesariamente a la política de éste.

El secretario general hizo una dura crítica al estado del PCE y, especialmente, a la dirección del mismo. Junto a deficiencias en el terreno de la práctica política, que, a su juicio, han llevado a dogmatismos e impedido el acercamiento a diversos sectores sociales, el primer dirigente del PCE insistió en la necesidad de "evitar todo divorcio entre la acción institucional del partido y la acción en los movimientos de masas, comprendiendo y facilitando que éstos tengan su propia dinámica y sin pretender que sean simple correa de transmisión del partido".

Conexión con las bases

Después de acusar a los órganos de gobierno del PCE de no conectar con las bases del partido ni con la sociedad y estar principalmente pendientes del trabajo institucional, Iglesias dijo que el proceso de conflictos en el partido no fue debatido por sus órganos de dirección, cuya intervención, "al menos en algunos casos", consistió, "simplemente en traer a Madrid a una de las figuras enfrentadas".El informe del secretario general, aplaudido por la mayoría de los delegados presentes -aunque algunos dirigentes, como Ignacio Gallego o Adolfo Piñedo no participaron en esta reacción- mereció comentarios diversos.

Ignacio Latierro, secretario general de los comunistas vascos también se mostró de acuerdo, en líneas generales, con el informe de Gerardo Iglesias. "En general", dijo, "los elementos autocríticos obedecen a los problemas que tenemos, pero la cuestión más grave es que no está saldado todavía el problema político sobre la concepción del partido. El informe no pone el acento en que, por encima de los errores organizativos, ha habido problemas de concepción del partido, más graves y con peores consecuencias".

Ignacio Gallego opinó que"sólo con la aplicación rigurosa del método marxista crítico y autocrítico sería posible corregir errores, superar dificultades y buscar un contacto y vinculación con las grandes masas". Antoni Gutiérrez, secretario general del PSUC, se confesó "corresponsable del informe de Iglesias" y añadió que "hay cosas que no pueden resolverse en el marco de esta conferencia; los camaradas con intranquilidades saben que pueden reconducirlas al próximo congreso, porque algunas inquietudes no corresponde resolverlas aquí".

Una opinión diferente sobre la amplitud del marco de la conferencia fue la de Fernando Pérez Royo, uno de los cuatro diputados que tiene el Partido Comunistra de España en la actual legislatura para el cual "la conferencia es, en realidad, un minicongreso porque aquí están representados todos los cuadros y es un pulso que servirá para ver si los ternas están cerrados o siguen abiertos".

Simón Sánchez Montero valoró positivamente la reafirmación del eurocomunismo, "porque con los argumentos de que esa política nos ha llevado a la actual situación se podrían haber hecho renacer las tendencias dogmáticas" y explicó que "el informe plantea con valentía los defectos y, errores del partido y la necesidad de corregirlos introduciendo cambios en las personas". Nicolás Sartorius no quiso exponer su opinión y el presidente de la conferencia, Enrique Curiel, dijo que suscribía íntegramente el documento de Iglesias.

Una de las intervenciones que más expectación había levantado en las comisiones de la tarde de ayer fue la de Nicolás Sartorius, que por la mañana declinó comentar el informe de: Gerardo Iglesias. Sartorius dijo que "el informe es bueno, aunque no responde a todas las interrogantes" y se mostró partidario de apoyarlo y, sobre todo, de llevarlo a la práctica.

La notoria ausencia de Santiago Carrillo tanto en el plenario como en la comisión que le había correspondido por la tarde provocó diversas interpretaciones. La de Gerardo Iglesias -"mé ha dicho que probablemente no asistiera, yo creo que en coherencia con su propia dimisión, porque no quiere que ni su sola presencia pueda obstaculizar un debate más libre, franco, abierto, pero no hay otra razón"- fue comentada entre sonrisas por muchos de los asistentes. Marcelino Camacho afirmó sobre este punto: "No tengo ni ligerísima idea de por qué no ha venido Santiago, aparte de lo que cada uno haya podido desprender". Antoni Gutiérrez no encontró "consideración especial" en la ausencia de Santiago Carrillo y la atribuyó, en la misma línea de su inasistencia al comité central del martes, a su trabajo parlamentario.

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