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El esfuerzo de la maratón queda desmitificado

Correr dos maratones en días consecutivos, 19 al año en plan competitivo o una cada semana del año sin intentar hacer marca, son hechos que han contribuido a desmitificar el esfuerzo que hay que realizar para correr los 42,195 kilómetros de la prueba. Ahora un español ha añadido una gesta más en este camino por demostrar que, con entrenamiento, el hombre puede convertir en algo normal lo que a un griego, en las guerras médicas, le supuso la muerte al correr desde Marathon a Atenas para anunciar la victoria sobre los persas.

Bill Rodgers, ganador de la maratón de Nueva York durante cuatro años consecutivos dijo en una ocasión que el ser humano necesitaba descansar después de una maratón tantos días como millas recorridas, es decir, 26. El mismo desmintió su teoría años después al correr dos maratones en el espacio de una semana.Este esfuerzo ha sido superado en 1982 por el nórdico Dahl, que ganó la maratón de Estocolmo y, al día siguiente, la de Copenhague, ambas con un tiempo de 2.19. El domingo, en Nueva York, corrió su decimonovena maratón del año. También participó en los campeonatos europeos donde fue noveno.

El récord de maratones al año lo tiene un aficionado norteamericano, que llegó a correr una todas las semanas. El calendario de estas pruebas en Estados Unidos es muy amplio y en muy pocas ocasiones tuvo necesidad de salir al extranjero para poder realizar su objetivo. Sólo un domingo se encontró que no tenía ninguna maratón y unos amigos se encargaron de organizarle una. Pero este atleta no corre con la victoria como fin. Viene a realizar menos de tres horas, lo que le supone participar con cierta reserva. Al fin y al cabo, una maratón le viene a significar un entrenamiento un poco largo.

Porque de entrenamientos también habría mucho que hablar. El japonés Seko ha llegado a realizar 50 kilómetros diarios en su preparación. Un grupo de atletas finlandeses superó incluso el citado promedio con entrenamientos de 400 kilómetros semanales. Estas experiencias no resultaron positivas. El número ideal de kilómetros semanales que la elite viene a realizar como entrenamiento oscila entre los 240 y 250.

Todas estas proezas se quedan pequeñas con las carreras de 100 kilómetros, que cada año tienen mayor aceptación. En España es el caso de Alfredo Uría, un andarín vasco que tiene como récord el haber recorrido 2,77 kilómetros en 24 horas.

Antonio Postigo, 37 años, ex atleta y profesor de Educación Física, es el hombre que el pasado domingo aportó su esfuerzo para que el atletismo español también contribuyera a desmitificar la maratón. En Nueva York realizó su tercera prueba de estas características en dos semanas y se clasificó el 154. El resultado fue que en todas mejoró su marca y la dejó en 2.28.53.

Postigo fue atleta mediocre cuando tenía 20 años. A los 30 volvió a las pistas y comprobó que en sus especialidades de medio fondo seguía sin tener nada que hacer. Probó en la larga distancia con el movimiento de las carreras populares, y en 1978 no logró bajar de 3 horas en la maratón. Ahora ya lleva 16 y la edad no le significa obstáculo para estar cada año más en forma: "Estoy convencido de que hace falta un período de diez años para recoger los frutos en la maratón. Es necesario asimilar los kilómetros de entrenamiento en este período para poder llegar luego al máximo esfuerzo".

Sus entrenamientos, siempre en el parque del Retiro de Madrid, son de 140/150 kilómetros semanales, aunque tiene semanas de 200. Ha llegado a hacer 50 kilómetros dando vueltas al parque y allí entrena a un grupo de jóvenes corredores de populares que les ha situado ya camino de los 2.20, tras haber hecho éstos, en su primer maratón, más de cuatro horas.

Entre sus atletas está Pacheco, que corrió los 800 metros en los campeonatos de Europa, y Alfonso García Varela, un valor de 18 años que cuida al máximo, convencido de que se trata de un maratoniano de menos de 2.10. Este corrió el domingo en Nueva York 35 kilómetros, con el fin de irse haciendo a la distancia, en un tiempo de 2.01.

Postigo, al correr tres maratones en dos semanas con óptimos resultados, intentó demostrar que el maratoniano no tiene por qué reservarse durante el año: "Es inconcebible que el corredor tenga que estar sometido a cualquier azar para no hacer marca. Si esta no sale, no hay necesidad de esperar cuatro meses para volver a intentarlo. Si el atleta se relaja después de la carrera, no se puede estar en forma todo el año. Yo me hago siempre 20 kilómetros al día siguiente de la maratón. Tengo que investigar dónde están los límites del hombre. Puede que lo ideal sea el estar preparado para correr una maratón cada ocho semanas".

Cifras de Nueva York

De los 16.000 inscritos en la maratón de Nueva York llegaron a la meta 13.525, el último en un tiempo de 7.18.04. En 2.30 horas entraron 168 corredores; en 3.00, 1.604; en 3.30, 5.238; en 4.00, 9.363; en 5.00, 12.968; y en 6.00, 13.458.

Greta Waitz, vencedora femenina, ocupó el puesto 125 de la clasificación general; entró un puesto delante de Shorter, campeón olímpico en Munich. Icíar Martínez, que estableció una nueva mejor marca nacional con 2.42.36, fue la 460 en la general y la 13ª en la femenina.

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