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Los sindicatos británicos debaten estos días una respuesta enérgica a Margaret Thatcher

Con 600.000 afiliados menos, perdidos a lo largo de 1981, y las rotundas declaraciones de Moss Evans, secretario general del principal sindicato británico, que está dispuesto a ir a la cárcel en defensa de las reivindicaciones salariales de los trabajadores de la sanidad, se inició ayer en Brighton el congreso anual de las Trades Union Congress (TUC), que agrupa al gramo de las fuerzas sindicales del Reino Unido. La reunión se ha abierto con el telón de fondo de una posible confrontación del mundo del trabajo con el Gobierno conservador y bajo el riesgo de una posible huelga generalizada, informa France Presse.

Las TUC estudian en este congreso, que continuará toda esta semana, la respuesta sindical que deberá darse a la política conservadora de Margaret Thatcher. Política que, a juicio del presidente de las TUC, Alan Sapper, pretende debilitar a los sindicatos para que no puedan oponerse de forma eficaz a las medidas monetaristas del Gabinete Thatcher.La política de libre cambio y de libre competencia auspiciada por el Gobierno conservador es condenable por tres razones, afirmó Sapper en su discurso de apertura de este congreso de 113 organizaciones sindicales, que representan a unos once millones de afiliados.

Nuevas huelgas

La política de Margaret Thatcher es "inmoral", según el sindicalista, "porque va contra los derechos humanos fundamentales y no es eficiente". "Favorece a los ricos en detrimento de los pobres", dice Sapper, "es un atentado al libre derecho al trabajo y, además, se ha mostrado como totalmente ineficaz".Coincidiendo con el congreso, los trabajadores de sanidad han anunciado un paro para el día 22, al que se han sumado los mineros, mientras que las TUC exhortan a sus afiliados a realizar en la misma fecha huelgas de una hora o más, en solidaridad con el personal de hospitales.

El citado Moss Evans, que es secretario general del sindicato de transportes (un millón de afiliados), preguntado por las repercusiones legales de su llamamiento a una huelga de solidaridad con los sanitarios -los piquetes de huelga son ilegales en el Reino Unido- ha manifestado que "si es parte de mis responsabilidades ingresar en prisión en representación de los afiliados a mi sindicato, yo estoy dispuesto a ir".

Las graves tasas de paro, que alcanzan ya el 13,8% de la población activa, y la proximidad de las elecciones legislativas, junto con las últimas medidas del Gobierno Thatcher, otorgan una importancia- especial a este 114º congreso anual de las TUC.

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