Nueva oportunidad deportiva para los motores turboalimentados

El Gran Premio de Suiza de Fórmula 1, que se disputará el domingo e el circuito francés de Dijon, será una nueva oportunidad para que los motores con turbocompresor puedan imponerse a los de admisión convencional. Los Renault, que ayer realizaron los mejores tiempos de entrenamiento, deberían partir como favoritos, aunque la fragilidad de sus motores hace más incierto el pronóstico. El finlandés Keke Rosberg, que parece confirmarse como el más serio, aspirante al título mundial, podría colocarse en cabeza del campeonato en esta carrera.

La existencia del Gran Premio de Suiza de Fórmula 1 es una arbitrariedad más de la Federación internacional del Deporte del Automóvil (FISA). No es casualidad que el presidente de la Internacional sea el francés Jean Marie Balestre, presidente también de la Federación Francesa, y que el Gran Premio de Suiza se dispute en un circuito francés, con lo que se convierte, de hecho, en el segundo Gran Premio de Francia. De esta forma, además de ofrecer dos carreras a la afición francesa, satisface también, a los propietarios de los dos circuitos con capacidad para organizar carreras de, Fórmula 1, Paul Ricard y Dijon.Lo que no debió prever el presidente de la Internacional fue la programación de la televisión francesa, que se resiste a transmitir dos carreras desde Francia en tan escaso plazo de tiempo. Tampoco la posible recesión de aficionados ante tantas carreras, pese a la imprevisible emoción de este final de temporada. Si la televisión francesa se niega, definitivamente, a transmitir la carrera y el público no acude como, en otras ocasiones -ambas cosas son bastante probables-, el organizador y las escuderías perderán dinero.

La carrera debería representar un éxito para el Renault de Alain Prost, si es que el piloto francés no quiere ver evaporadas, definitivamente, sus posibilidades de conquistar un título mundial que después de las dos primeras carreras parecía que seria suyo. Pero, tras aquellas dos victorias, los fallos mecánicos, los fallos del propio piloto y la mala suerte impidieron a Prost repetir sus triunfos. Además de la falta de compañerismo de su compañero de equipo René Amoux, que impidió una victoria pactada antes de la carrera y, con ello destrozó la armonía del equipo. Arnoux y Prost no volverán acorrer en el mismo equipo y, como parece que al equipo Renault le interesa más el segundo que el primero, René Arnoux busca ahora su pasea la escudería italiana de la Ferrari.

Pese al lógico dominio de los coches con motores Turbo -Renault, Ferrari y Brabham-, la fiabilidad y manejabilidad de los Williams y los Mclaren debería permitir a Keke Rosberg, John Watson y Niki Lauda mantener sus aspiraciones al título mundial. Cuando quedan sólo tres carreras para que termine la temporada -Suiza este domingo, Italia el 12 de septiembre y Las Vegas el 25 de septiembre-, cualquier resultado puede ser fundamental.

Prost, el mejor tiempo en los entrenamientos

El francés Alain Prost (Renault) realizó el mejor tiempo del entrenamiento de ayer, con 1.01.38, seguido de Arnoux (Reanult) con 1.01.74; Lauda (McLaren), con 1.02.9; Patrese (Brabham), con 1.02.9; y De Cesaris (Alfa Romeo), con 1.03. Sexto, el campeón del mundo Nelson Piquet (Brabham), con 1.06.36; séptimo, Keke Rosberg (Williams), con 1.03.58; octavo, Bruno Giacomelli (Alfa Romeo), con 1.03.77; noveno, Patrick Tambay (Ferrari), con 1.03.89; y décimo, John Watson (McLaren), con 1.03.99.