Gran comedia en rosa
Ya hablamos aquí del secreto de Vincente Minnelli para hacer comedias. Hace unas semanas, TVE emitió Mi desconfiada esposa, tal vez la mejor de las cinco que realizó. Ahora le sigue El noviazgo del padre de Eddie, rodada en 1962, no tan original, poderosa y perfecta, pero admirable también por muchos conceptos, transparente, medida hasta la exactitud, estructura y narrada con insuperable elegancia.Minnelli es un director de gran empaque, proclive al enrevesamiento, la grandilocuencia y cierto barroquismo muy peculiar, que le convirtió en especialista de grandes espectáculos musicales, por un lado, y en melodramas exagerados e hiperbólicos, por otro. En uno y otro género, Minnelli realizó obras excepcionales, llenas de imaginación y buen gusto, que le proporcionaron la patente de elitista, no sin algo de razón.Sin embargo, había un tercer tipo de filmes que Mirmelli dominaba: las comedias. Pero una buena comedia requiere, ante todo, humildad en la mirada de la cámara, nada de las hipérboles, exageraciones, barroquismos y engolamientos de que Minnelli hacía alarde en sus musicales y dramones. Se requiere llaneza y sentido de lo directo, incluso para narrar lo abrupto y lo indirecto. Y este complicado estilista, cuando afrontaba una comedia, se bajaba del pedestal, ponía la cámara a la altura de los ojos de los actores y dictaba lecciones de sencillez.
El noviazgo del padre de Eddie, sin los latigazos de originalidad de otras comedias de Mirmelli, es una de esas lecciones. Comedia en rosa, este melodramita tenue y hasta un poco ingenuo, es convertido por Mirmelli en una de las comedias triungulares -padre, hijo y novia del padre- más delicadas,. amables, divertídas y socarronas de los géneros liívianos de Hollywood.
Una pequeña delicia de cine puro, blanco, perfecto e intrascendente.
El noviazgo del padre de Eddie se emite mañana a las 15.35 por la segunda cadena.
Boetticher menor
Uno de los siete famosos westerns de Budd Boetticher con el actor Randolph Scott. No está, sin embargo, entre los más graves y densos. Falta el guionista, Burt Kennedy, autor de los cuatro mejores guiones, que logró un impecable acoplamiento con el director y el actor.La original y austera estructura de estos filmes se echa de menos en Cita en Sundown, que es un western mucho más convencional que Los cautivos, Estación comanche y Cabalgada en el desierto, tres filmes magistrales recientemente emitidos por la televisión.
No obstante, Cita en Sundown es una buena película. Scott da su talla de siempre y Boetticher mantiene a pulso, con dominio, una aventura de alta tensión que le sirve para dar lecciones de oficio, ya que no del talento derrochado en las otras ocasiones.
Cita en Sundown se emite hoy a las 16.00 por la primera cadena.
Buen cine español
TVE emite una, de las buenas películas españolas de los años setenta. Excelente idea, que ojalá cunda, pues hay películas de alta calidad que están a la espera de su oportuna revisión, que les rescate del implacable olvido español.El bello relato, con tonalidades crepusculares, de Ignacio Aldecoa, está muy competente y escrupulosamente llevado al cine por Manolo Marinero y Mario Camus, este último, además, director de la película.
La historia de amor creada por Aldecoa es reinventada por Camus con dignidad, solvencia y humildad, lo que le hace ser casi excesivamente fiel al original literario. Pero, esta vez, cine y literatura no se estorban demasiado y el filme transcurre con el ritmo pausado y minucioso que requiere su origen literario, pero sin dejar de ser cine, con la emoción y precisión que requiere este arte.
Los pájaros de Badem-Badem se emite mañana a las 10.15 por la segunda cadena.
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