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GENTE

Buero Vallejo

Se pensó en serio, en Tenerife, donde se encuentra con motivo del estreno de Caimán, algunos de los numerosos anónimos con amenazas de muerte que recibe con frecuencia en su domicilio, informa Carmelo Martín. Al dramaturgo le postró en la cama, un día antes de la representación, un raro dolor que luego resultó ser un cólico nefrítico. Su mala fortuna no terminó ahí. A su esposa hubo que atenderla en un centro sanitario debido a una fisura que se produjo en un pie al visitar un club naútico. Buero Vallejo recordó que aún recibe anónimos en los que le auguran que le quemarán los ojos en Cuelgamuros.

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