Los beneficios de la banca en 1981 ascienden a 131.872 millones y los de las cajas a 52.850 millones, según el Banco de España
A 131.872 millones de pesetas ascienden los beneficios distribuibles obtenidos por la banca privada en 1981 y a 52.850 millones de pesetas los de las cajas de ahorro, según un primer balance del ejercicio realizado por el Banco de España. El importe de los beneficios distribuibles de la banca fue superior en unos 20.000 millones a los resultados netos del sistema, diferencia que corresponde esencialmente a las pérdidas conjuntas de las entidades con resultado negativo (extremo que no se da en las cajas de ahorro). El beneficio distribuible de los bancos creció en 1981 un 33,8%.
Pese a estos beneficios, el presidente de la Asociación Española de Banca Privada (AEB), Rafael Termes, en base a la información confidencial del Banco de España, manifestó hace unas semanas ante la asamblea ordinaria de su organización: "En cualquier caso creo poder anticipar que, por lo que se ha visto, los resultados de 1981, siendo por lo general mej ores que los de 1980, no son tan espectaculares como algunos dicen, si los beneficios se miden -como creo que hay que hacerlo- no en cifras absolutas, ni siquiera en incremento de las mismas con respecto al año anterior, sino en porcentaje de los activos medios".
Costes de transformación
En la tarde de ayer, una vez conocidos los datos del balance realizado por el Banco de España, Rafael Termes precisó que los beneficios obtenidos por la banca había que analizarlos a la vista de la estructura porcentual de la cuenta de resultados. "El año ha sido bueno para la banca, pero no tanto por la cifra de beneficios como por la forma en que éstos han sido obtenidos". La banca ha sabido mantener el margen de crecimiento de los beneficios, haciéndolo compatible con una disminución del margen de intermediación, según el presidente de la AEB. Y ello ha sído posible gracias a una reducción muy sensible de los gastos de explotación y transformación, aunque también ha flexionado algo a la baja la aplicación a saneamientos de créditos y valores. "La acusación que se nos hace frecuentemente de aumentar los costes del crédito para mantener el margen de beneficios pudo ser verdad hace unos años, pero ya no lo es", concluyó el presidente de la AEB.Los 131.872 millones de beneficios de la banca se reparten en: 29.874 millones (el 22,6%) para impuestos; 50.867 millones (el 38,6%) dedicado a reservas; 47.959 millones (el 36,4%) para dividendos; y 3.172 millones (el 2,4%) a otras aplicaciones.
En cuanto a la distribución de los beneficios de los bancos, lo más destacable -a juicio del Banco de España- "es, sin duda, el considerable aumento de los dividendos, cuya cifra se incrementa en un 51 % respecto a la de 1980, alza motivada, naturalmente, por el levantamiento parcial de la anterior restricción legal. También es de resaltar la persistente tendencia de los últimos cinco años a la disminución de los resultados dedicados a impuestos, lo que permite asignar a reservas un porcentaje esencialmente similar al de los años anteriores".
Resultados de las cajas
No se registraron variaciones sensibles, por el contrario, en la estructura de aplicaciones de los resultados de las cajas. De los 52.850 millones de pesetas de beneficios, un 51,9% ha sido dedicado a reservas, un 34% a la obra benéfico social, y un 6,5% a impuestos.Los grandes factores que determinan el resultado contable de las entidades de depósito presentan en 1981, según el análisis del Banco de España, una evolución bastante: diferente en los bancos y en las cajas de ahorro. El margen de intermediación, o diferencia entre los productos y los costes financieros, ha sufrido una disminución en el caso de los bancos, en términos relativos (ha pasado del 4,33% del pasivo patrimonial medio de 1979 y 1980 al 4,19% el pasado año). Los costes financieros de la banca han vuelto a crecer a una tasa sensiblemente superior a la de los productos: mientras los primeros subieron más de seis puntos con respecto a 19:30 y se situaron en 41,9%, los segundos -los productos financieros- sólo crecieron tres puntos y se situaron en 33,6%.
Por el contrario, las cajas de ahorro presentan una mejora importante del inargen de intermediación, pues la evolución de costes y pro,ductos financieros -en torno a cuatro puntos de incremento sobre 1980- es favorable a los segundos. Los costes financieros de las cajas se sitúan en un 26,6% y los productos financieros en un 27,1%.
Por primera vez, según estos datos, el margen de las cajas supera al de los bancos.
Este hecho se ha producido por una diferente evolución de los tipos de rentabilidad o interés de los activos y pasivos de las entidades. El Banco de España, en este punto, recuerda los efectos de la orden ministerial del 17 de enero sobre ordenación y liberalización del sistema financiero y las principales críticas qué se hicieron a estas medidas en el momento de su promulgación. Se dijo entonces que estas medidas pudieran provocar una elevación del coste de los depósitos, que tendría que traducirse, o bien en un incremento mayor que el de años precedentes en el coste del crédito, o bien en un deterioro de los resultados de las entidades de depósíto.
El Banco de España afirma ahora que el análisis de la evolución efectiva de las cuentas de resultados lleva a conclusiones bien diferentes de las temidas. A pesar del inicial incremento de los tipos de interés de los activos y de los pasivos, en el conjunto de 1981 "los costes medios de los depósitos en pesetas crecieron 0,6 puntos, incremento algo mayor que el de 1980, pero bastante inferior al de los años precedentes. Y si los costes medios de todos los pasivos bancarios crecen más, el aumento se centra en partidas, como los pasivos exteriores o los interbancarios, en nada afectadas por la liberalización".
Dentro de los depósitos en pesetas de la banca, se ha producido un desplazamiento de las imposiciones a un año o más, que ya estaban liberalizadas, hacia las imposiciones a seis meses, liberadas ahora, las cuales presentan una remuneración de un punto menos que las de a mayor plazo. El proceso de liberalización, a juicio del Banco de España, ha supuesto un factor de abaratamiento en el pasivo de los bancos.
La evolución de los demás componentes de la cuenta de resultados presenta signo opuesto a la de los márgenes de intermediación, de tal manera que el beneficio final antes de impuestos muestra, tanto para cajas como para bancos, una mejoría muy similar. Los costes de transformación de los bancos registran una reducción relativa, en términos de su balance patrimonial, lo que equilibra su pérdida de margen de intermediación y permite una mejora del de explotación. La reducción de la plantilla activa (pese al incremento de sucursales) implica una ganancia de productividad, que justifica los menores costes de transformación. Por el contrario, las cajas absorben una parte de su aumento del margen de intermediación con un incremento de sus gastos de transformación, que se sitúan ya, en terminos relativos, por encima de los de la banca.
En materia de saneamientos han cedido los de la banca, al haber alcanzado ya los niveles de cobertura de insolvencia requeridos por el Banco de España.
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