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El Real Madrid consiguió en el Palau Blau Grana el título de Liga de baloncesto

ENVIADO ESPECIAL El campeón es el Real Madrid. Ganó al Barcelona en su propia cancha y en su ambiente, porque jugó como tal. Buen planteamiento de Lolo Sáinz, serenidad, madurez e inteligencia en todos sus hombres, que no acusaron para nada la presión de las gradas, correcta en líneas generales, hasta el fin del partido. Además del Madrid, los nervios también agarrotaron al Barcelona, que no rindió en el momento decisivo.

El Madrid alternó la defensa de zonas con la individual. Sin duda el técnico madridista pensó que las faltas personales serían un lastre, como así ocurrió, para su equipo. Casi siempre esa defensa individual tenía concepción de zona. Pese a todo, los gigantes blancos fueron prematuramente eliminados por las cinco faltas. Esto hizo pensar que los azulgrana acabarían ganando de forma tranquila. Como ya ocurrió en el pabellón del Madrid, no fue así. Sin en aquella ocasión fue la garra la que proporcionó el triunfo blanco, ayer el equipo madridista hizo gala de un magnífico juego.

El Barcelona cayó en sus errores de casi siempre. No acaba de creer que puede ganar al Madrid y proclamarse campeón, pese a que lo hiciera la temporada pasada. Los hombres de Serra no supieron sujetar a su rival, que salió con las ideas claras y la evidente intención de vencer. El técnico barcelonista planteó una defensa individual casi todo el partido, aunque en algunos momentos tuvo que recurrir a la zona por estir cargado de faltas. Sorozábal defendía a Corbalán, sin duda algiina los dos mejores bases del momento; Sibilio a Iturriaga; Hansen a Martín; De la Cruz a Romay y Epi a Delibasic. Los sistemas madridistas de ataque fueron lo suficientemente inteligentes como para desbordar la defensa de su contrario, que tardó mucho en emplearse al ciento por ciento en esta tarea. Cuando al final lo hizo, ya era tarde. El Madrid tenía ventaja de siete puntos, no es fácil que a un campeón, como es él, se le remonte. Lógicamente, Epi no debió nunca defender a Delibasic, como tampoco después Flores. El primero porque es un hombre fundamental para el Barcelona a la hora de atacar, y sujetar al yugoslavo supone cargarse rápidamente de faltas. El que no lo hiciera supusc, que el alero madridista convirtiera en el primer tiempo 16 puntos sin apenas esforzarse, lo que que le permitió estar fresco en los últimos minutos. Nadie ignora que Flores no puede anular a Delibasic, que una vez más apretó el acelerador cuando hizo falta y contribuyó, como es su obligación, de forma importante al triunfo de su equipo.

Son muchos los calificativospositivos que se pueden decir hoy del Real Madrid, entre otras cosas, porque supo ganar un partido y un título con todo en contra. Después, porque hasta cuando fue por debajo del marcador (33-27 a los trece minutos) no desfalleció. A los 16 logró un empate a 35 puntos y a partir de ahí ya no perdió nunca la iniciativa en el marcador. Su máxima diferencia la alcanzó en el minuto 36, con 75-85 y los mayores apuros los pasó poco antes, cuando faltando 5 minutos y 55 segundos el Barcelona se acercó a un 74-81 y Corbalán ya tenía cuatro faltas; pero Llorente, cuando le sustituyó, cumplió a la perfección.

Resulta difícil explicarse cómo el Barcelona pudo perder este partido. El Madrid, a los 21 minutos de juego se quedó sin sus dos máximos reboteadores. Corbalán ya tenía tres faltas. Los azulgrana, de haber mantenido la serenidad, no tenían más que acaparar los rebotes y poco a poco doblegar a su rival. Jugadores tiene para ello. Sin embargo, no lo supo hacer. Cierto que ninguna de sus figuras brilló a gran altura, pero se debió en parte a la astuta defensa madridista, que no dejó nunca cómodos a los hombres de Serra. A veces, los blancos se llegaron a colocar hasta en 1-4, con Corbalán ayudando además a los hombres de atrás.

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