Las elecciones del Ateneo

Estos días la Prensa está facilitando amplia información sobre las elecciones del Ateneo, pero raramente se lee la opinión de los socios de a pie, los que día a día disfrutan del ambiente acogedor que a pesar de todo tiene la casa, y sufren sus deficiencias.El día 22 compareció en el Ateneo la candidatura encabezada por Ruiz-Giménez -con la ausencia muy significativa de éste- para dar cuenta a los socios de su renuncia a presentarse a las elecciones. Allí se expuso, con acta notarial en mano, la manipulación que del censo se ha hecho en los últimos meses, metiendo socios fieles a Chueca a punta de pala, socios que no son tal, sino meros votantes. Unos días antes hubo otra comparecencia del señor Chueca y entre los asistentes apenas si se veía alguna cara conocida de los socios habituales. ¡Qué vergüenza! que en el Ateneo se produzcan estas cosas. ¿Tan grande es el ansia de poder que hasta para regir algo tan simplemente cultural y apolítico -según Chueca- se recurra a estos métodos?

A muchos de los socios presentes, las anomalías en el censo que nos explicó el señor Boyer no nos sorprendieron, pues venimos denunciándolas en nuestras tertulias día a día. Si los socios de a pie, desde mucho antes de convocar las elecciones, ya sospechábamos todo este tejemaneje electoralero, ¿cómo es posible que hasta última hora no lo supiera la candidatura del señor Ruiz-Giménez, cuando en ella hay dos miembros que estuvieron en la junta gestora con Chueca hasta última hora? ¿No habrá alguna razón de más peso en la retirada precipitada? Por cierto que al menos han sido coherentes: por el periódico nos enteramos los socios de que se presentaban, y por el mismo medio de que se retiraban. Ni nos consultaron para presentarse ni lo han hecho para retirarse.

¿Acaso no sabían que la junta gestora nombrada a dedo por el señor De la Cierva no había cumplido con su mandato de dar los pasos necesarios para devolver el Ateneo a los socios? Por cierto que tampoco me asombran las declaraciones del señor Ruiz-Giménez: "Yo deseo que la candidatura que ha quedado triunfe. No me importaría que tuviera el apoyo de los ateneístas, aunque hay un grupo que no la votará, como no hubiera votado a la nuestra". (¿Cabe más educación.)

Muchos socios pensábamos que no se debía entrar en un juego que considerábamos viciado de origen y que se debía denunciar. Otros debieron pensar que poco importaban los vicios si se podía ganar y se lanzaron y cometieron errores de bulto: ir al proceso electoral sin garantías previas de equidad; fijarse en una persona tan conflictiva como Ruiz-Giménez para presidente (véase la adversa campaña de Prensa); colocar en la candidatura a dos señores que habían formado parte de la junta gestora manipuladora y que, igual que el resto de la junta, durante los dieciocho meses no dieron cuenta de su gestión a los socios. Estos errores de bulto se habrían evitado de no cometer el mayor de todos: no haber contribuido -o mejor, haber entorpecido- a abrir un amplio debate entre los socios, en el que se habría dilucidado la conveniencia o no de participar y las condiciones óptimas para ello / socio del Ateneo.