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"Pulso" de las familias centristas para resolver la crisis interna

El presidente Calvo Sotelo consume las últimas 72 horas que restan para dictar su decisión en torno a la secretaría general del partido centrista y a la remodelación del Gabinete ministerial, mientras las distintas familias ucedeas echaban ayer un pulso viable en los pasillos del Congreso de los Diputados. Leopoldo Calvo Sotelo, que no quiso hacer la crisis cuando se produjo la dimisión de su ministro de Justicia Francisco Fernández Ordóñez, hoy ya líder del partido Acción Democrática, ni tampoco cuando el problema de la intoxicación por el aceite de colza adulterado, no se puede proseguir por más tiempo su dontancredismo por estrictas exigencias del guión, según declaraba ayer un diputado socialdemócrata.

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ANGEL AGUILARLas caras en el Congreso de los Diputados fueron ayer más explicitas que cualquier otro signo de comunicación verbal entre los políticos y los periodistas. De los rostros -seguros, eufóricos, ensombrecidos, despechados- se deducían algunas primeras conclusiones. Así, la continuidad de los actuales titulares de Hacienda, Jaime García Añoveros, y de Defensa, Alberto Oliart, con responsabilidades tan claves en el momento presente. Otros ministros parecían saber que sus carteras habían estado en oferta, aunque la operación de detalle no estuviera aún cerrada. Ese era el caso de Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona, que ocupa el departamento de Educación, y a quien el líder de la plataforma moderada, Oscar Alzaga, dejó estigmatizado a propósito de la discusión en el Grupo Parlamentarlo de UCD del proyecto pendiente de ley de Autonomía Universitaria.La crisis, inminente desde hace ya muchos meses, pero señalada como inaplazable para la próxima semana, tendrá como secuencia el lunes el Consejo Político; el martes, las elecciones en el grupo parlamentario, y el miércoles, la composición del nuevo Gabinete. Cada día su propio afán, recordaba ayer un diputado todavía ministro. Círculos gubernamentales, cuya permanencia en el poder está fuera de duda, cualquiera que sea el resultado de la crisis, insistieron en señalar el seguro desdoblamiento de algunas carteras. Así, reapareceria desglosado un Ministerio de Trabajo, y del actual departamento de Transportes y Comunicaciones nacería un nuevo Ministerio de Turismo, basado en la actual Secretaría de Estado bajo la misma denominación.

Muñidores de la crisis

Pío Cabanillas y José Pedro Pérez-Llorca son los principales muñidores de la crisis, mientras el papel de Rodolfo Martín Villa se ha visto eclipsado al concluir su brillante trabajo de laminación del anterior aparato del partido con las dimisiones de Agustín Rodríguez Sahagún y Rafael Calvo Ortega, según estimaban círculos suaristas. Martín Villa, uno de esos blindados de la política, en definición del ex ministro Fernández Ordóñez, busca aún con ahínco su promoción al grado de vicepresidente político, pero ¿qué quedaría en la práctica de un vicepresidente encargado de coordinar a unos ministros políticos entre los que se contarían Cabanillas y Pérez-Llorca, con más confianza y mejor acceso al propio Leopoldo Calvo Sotelo?Con una comparación tomada de la astronáutica, un político centrista explicaba ayer que en la Moncloa se ha utilizado el poder de propulsión de Rodolfo Martín Villa para que Leopoldo Calvo Sotelo lograra alcanzar la órbita del partido. Ahora, añadía, es el momento en que ese módulo, inservible, se desprende para que pueda continuar sin impedimentos la nueva navegación hacia el alunizaje feliz.

En definitiva, Leopoldo Calvo Sotelo tendrá que deducir en las próximas horas sobre su fidelidad a los compromisos acordados con Agustín Rodríguez Sahagún, según los cuales la secretaría general del partido iría a manos de Jaime Lamo de Espinosa y el nuevo Gobierno incluiría, entre otros, los nombres de Rafael Arias Salgado y Rafael Calvo Ortega, a quien se asigna como probable la cartera de Trabajo o la de Educación. Esta opción pactada tiene el veto de un sector de la plataforma moderada, que no acepta a Jaime Lamo en la secretaría del partido. El candidato alternativo que desde esa plataforma se propone no es otro que Iñigo Cavero, cuyo nombramiento para el cargo debería asimismo ir seguido, según las huestes de Oscar Alzaga, por la incorporación al Gobierno, entre otros, del hasta ahora portavoz del Grupo Parlamentario Centrista, Miguel Herrero de Miñón. Herrero, por su parte, ha hecho ya el planteamiento al presidente del Gobierno: quiere la cartera de Obras Públicas, la de Administración Territorial o ninguna.

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Si el presidente se atiene a los compromisos adquiridos con Agustín Rodríguez Sahagún, recuperará la cooperación de los suaristas, que siguen siendo parte numerosa del grupo parlamentario y del partido centrista. Si las presiones de la plataforma moderada -alguno de cuyos miembros amenaza con abandonar UCD- llevan a Calvo Sotelo a vulnerar aquellos pactos, se precipitará la salida de Suárez del partido y nadie duda que no se marchará solo. La constitución del nuevo Gobierno dejaría en ese caso al presidente en situación de mayor debilidad que la víspera de haberlo compuesto.

Posibilidad de aplazamiento

Algunos observadores no descartan tampoco que Calvo Sotelo intente en este clima, para salvar todas estas dificultades, reducir la crisis al mínimo, limitándose a sustituir los ministros que vayan a ser desembarcados en la secretaría del partido y como portavoz del grupo parlamentario y a trasladar a Ignacio Aguirre a ese nuevo Ministerio de Turismo. La crisis que se viene anunciando desde mayo quedaría así nuevamente pospuesta hasta después de las elecciones andaluzas, fijadas para esta próxima primavera.Mientras tanto, el malestar de los socialistas va en aumento porque sienten incumplidos los compromisos que el Gobierno contrajo con ellos y empiezan a señalar, todavía sólo en privado, que Leopoldo Calvo Sotelo parece situarse en una pretendida e inaceptable neutralidad entre el golpismo y la Constitución, como ya hizo hace unos días el director general de Bellas Artes.

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