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El Madrid tratará de seguir su buena racha europea en Viena

En el plazo de tres semanas, el Real Madrid ha vuelto a Centroeuropa dentro de su peregrinar por la Copa de la UEFA, el torneo más modesto de los tres continentales y, sin duda, el más acorde con su discreción actual. El día 4 empataba a cero goles en Jená y pasaba así, angustiosamente, a los octavos de final. Sería un resultado muy aceptable también hoy en el partido de ida, ante un Rapid que ha vencido en las dos eliminatorias anteriores al Videoton húngaro, por 2-0, y al Eindhoven holandés, por 1-0. Benito marcará a Krankl, el máximo peligro vienés.

El ánimo en la expedición madridista era ayer de optimismo, precisamente por no tratarse de un paso decisivo como ante el Carl Zeiss. Sin embargo, conviene no olvidar que el Rapid aceptó el cambio de fechas y escenarios surgido del sorteo, porque no le fue mal en las dos ocasiones anteriores.Al margen ya de las gestiones, del arreglo económico e incluso del argumento de que dentro de quince días, si se hubiese jugado aquí el encuentro de vuelta, sería más probable que la nieve inundase todo, prevaleció el éxito del Rapid ante el Videoton y el Eindhoven, jugando primero en casa. Al cuadro húngaro, tras vencerle por 2-0, le arrancó un empate (2-2), suficiente en la visita posterior. Al potente Eindhoven, aunque el fútbol holandés se encuentre en horas bajas, de clubes y selección, le volvió a derrotar por 1-0 y perdió por 2-1 en la vuelta, haciendo valer el tanto marcado por Krankl.

Un empate sería un magnífico resultado para el Madrid, que lo logró en Jena, pero no en Tatabanya, donde cayó por 2-1. La empresa no parece muy difícil, a la vista de la racha blanca, sólo truncada por una falta de ambición que le llevó a la impotencia el pasado dorningo en Cádiz. Pero tampoco se presenta como una aventura segura para las limitaciones del Madrid actual.

Benito, con Kranki

Pocas novedades parecen existir en los equipos cara al encuentro. Benito sustituirá a Carcelén, respecto al once inicial de Cádiz, y se ocupará de Krankl, viejo conocido suyo cuando vestía de azulgrana. Stiellke, por la misma razón de otros compromisos delicados fuera de casa, será el defensa libre, y así cabe esperar un mejor renduniento de Gallego en el centro del campo.Las dudas de Skocik, el entrenador austríaco, residían ayer en los dos puestos más extremos del conjunto: el guardameta Feurer, héroe de Eindhoven, y también de Sofia, donde la selección empató a cero con Bulgaria y dio el paso fundamental hacia España, y el exterior zurdo Keglevits, internacional sub-21, muy parecido al asturiano Pablo, del Valencia. Ambos quedaron algo tocados en el último partido de Liga. El Rapid no ha podido formar completo su equipo base esta temporada, pero parece que hoy lo va a conseguir.

Estarán también los dos "extranjeros del Este", el checo Panenka, venido de Bratislava, a 40 kilómetros de Viena, y el soviético Sintschenko, de Leningrado, primer jugador salido de la Unión Soviética, fruto de las buenas relaciones del club vienés con el telón de acero. Los dos forman la parte creadora del fuerte centro del campo, con la colaboración de Kienast, un hombre de cierre, todo terreno.

El Rapid juega siempre un 4-3-3 elástico, con proyección de los defensas laterales para subir al ataque: el alemán nacionalizado Krauss, ya internacional A con Austria, y Pregesbauer, que marcó un gol magnífico el pasado sábado en un gran tiro desde fuera del área, En el centro del campo jugará, con Garger, el seguro Weber, líbero y capitán en su club, y central de la selección, con Pezzey. Santillana, por la baja estatura de ambos, será una baza importante, según Boskov. Delante, trabajando para Krankl y su potencia, acompañará a Keglevits otro extremo rápido, Steinbauer, internacional B.

El doctor Cabeza, en el partido

La noticia insólita será la presencia del doctor Cabeza, que aceptó la invitación de la cadena SER para comentar el partido durante la retransmisión de Paco Ortiz. Luis de Carlos, al conocerlo, se limitó a decir: "¡Allá él!".Hasta última hora de ayer no se conocía si se iba a televisar el encuentro para Austria. El Rapid trataba de llenar el aforo de 75.000 espectadores del Prater municipal e histórico y había pedido 1.400.000 chelines, unos nueve millones de pesetas, por la retransmisión mientras la ORF ofrecía sólo 600.000, menos de cuatro. El tiempo es sorprendentemente menos frío de lo normal para estas fechas, y por ello la poca lluvia caída no amenaza con convertirse en nieve inmediatamente.

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