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El imperio blanco ataca de nuevo

El imperio blanco ataca de nuevo. El mano a mano de la Liga ya es una terna. El Madrid vuelve donde, solía. Ha alcanzado al Barcelona y está a un solo punto de la Real Sociedad. El Madrid no se conforma con ser el equipo bisagra. Le gusta el poder más que a nadie y no renuncia a él. Las carambolas de la Liga, a partir de ahora, hay que hacerlas a tres bandas. El Barcelona, el domingo, supo sufrir en Zaragoza y finalmente empatar el partido. La Real Sociedad, en Sevilla, no tuvo la ambición suficiente para ganar el encuentro. Hace dos años perdió allí la Liga. El pasado domingo se quedó sin un positivo importante.

El Madrid había dejado a sus más directos rivales que se confiaran. Dos partidos consecutivos jugados en casa le han acercado a la cabeza de manera peligrosa. Vuelve a contar entre los favoritos. No se ha descolgado del pelotón de cabeza y está dispuesto para el sprint, si llega el caso. El Madrid es el único equipo, en todas las temporadas, que sabe contentar a sus seguidores. Con mejor o peor juego siempre da la cara. Es el único que no arroja nunca la toalla. Esta temporada se le presenta con malos augurios y por el momento parece que ya ha cruzado el mal momento de la entrada de Urano en Sagitario.La Real Sociedad tuvo al alcance de la mano un triunfo importante en Sevilla, pero en Nervión a los donostiarras se les tuercen las cosas en los momentos más impensados. El modo en que perdió la Liga allí hace dos años fue incomprensible. El domingo se dio por satisfecha con los dos goles de ventaja y se dejó un positivo.

El empate para el Sevilla fue casi providencial. El equipo de Miguel Muñoz está en un mal momento. Cuando Muñoz llegó al club tuvo que hacer una limpia para poder poner orden. El Sevilla era la casa de tócame Roque. Cuando la disciplina parecía restablecida, al club le ha salido el quiste de Pintinho, un gran jugador con demasiados problemas. Primero fue lo de la abuelita. Después comenzó a flojear en los entrenamientos. Miguel Muñoz, con su habitual sorna, le recomendaba que hiciera el amor tumbado y no de pie, para que no tuviera tanto dolor de riñones, que era de lo que se quejaba. Pintinho ahora se ha salido por los cerros de Ubeda pidiendo aumento de contrato. El brasileño ha afirmado que o le pagan más o no jugará mejor. El no querer cumplir los contratos es costumbre suramericana. El Atlético de Madrid ya tuvo ese conflicto con Dirceu, y algún que otro argentino también ha usado el mismo truco para mejorar su posición.

Los suramericanos, a pesar de las honrosas excepciones de algunos de los mejores jugadores que ha tenido el fútbol mundial, como Di Stéfano, en Europa suelen crear muchos conflictos. Su rendimiento tras la primera temporada triunfal no suele ser óptimo. Ya son muchos los técnicos que comienzan a opinar que es preferible gastar dinero en europeos. Al menos son más responsables profesionalmente.

Esa lluvia de goles se ha producido en vísperas de un encuentro internacional. España jugará el miércoles en Lodz contra Polonia, una de las selecciones clasificadas para el Mundial-82. Bueno sería que por una vez también la selección tuviera alegría frente al marco del adversario. Pero tanta felicidad quizá sería demasiado. Santamaría no se fiará un pelo de los polacos, porque en el campo del Sarriá ya nos dieron un disgusto.

La Liga se ha puesto interesante. Es lo que necesita el fútbol español para no perder la moral de cara al Mundial-82. Si el miércoles volvemos a tropezar en las piedras de siempre, hará falta la del Alcoyano.

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