3.000 personas aplaudieron en Madrid la fusión del PC vasco y ElA
Cerca de 3.000 personas asistieron anoche en Madrid a un acto de apoyo a la unificación del PC vasco con Euskadiko Ezkerra, convocado por dirigentes del sector renovador del PCE, que horas antes habían sido expedientados por «trabajo fraccional» y «desacato a la dirección». En un ambiente que parecía retrotraerse a los tiempos de la Platajunta, por la pluralidad de los asistentes y las dificultades del acto -que estuvo en trance de ser suspendido-, quedó flotando la duda de si este hecho reforzará las posiciones de los renovadores en el PCE o agudizará el enfrentamiento hasta la escisión total y eventual creación de otro partido.Tanto Mario Onaindía como Roberto Lertxundi, máximos dirigentes de los colectivos políticos que han acordado la fusión en Euskadi, resaltaron que el nuevo partido vasco «aplicará en su interior los derechos y libertades conseguidos para la sociedad». El segundo de ellos destacó también la contribución del PC vasco y de Euskadiko Ezkerra a la contención del terrorismo, «de lo cual da pruebas la tregua de ETA Político-militar».
En un local del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que resultó totalmente insuficiente para contener a los asistentes al acto, Onaindía y Lertxundi afirmaron que la unificación de los comunistas vascos y de ElA -componente principal de Euskadiko Ezkerra- es un hecho importante para la izquierda no sólo del País Vasco, sino de España, Onaindía dio las gracias por el hecho de que se le haya permitido hablar en Madrid: « Hemos podido explicar nuestra política hasta a los eritreos, pero aún no habíamos tenido posibilidad de hacerlo en Madrid», y Lertxundi destacó que se trata de llevar consecuentemente el eurocomunismo a la práctica política, evitando que se convierta en una mera «burocratización esclerótica».
Mientras los oradores luchaban contra los problemas de megafonía y la presión de quienes pugnaban por entrar en la sala, atropellándose y cayendo encima de los que ya habían conseguido un sitio en ella, destacados dirigentes del sector renovador del PCE ponían de manifiesto la gravedad del momento en que vive este partido, habida cuenta del enfrentamiento que se ha producido entre la dirección central y la mencionada corriente. Manuel Azcárate, Pilar Brabo y Carlos Alonso Zaldívar, entre otros dirigentes, fueron intensamente aplaudidos por los asistentes al mitin, junto con los oradores Onaindía y Lertxundi. Juan María Bandrés recibió igualmente grandes aplausos, aunque no hizo uso de la palabra en ningún momento.
Carlos Alonso Zaldívar, miembro del Comité Central del PCE y ex responsable de la política municipal de este partido hasta su X Congreso, moderó el acto y afirmó que «rechazamos las expulsiones, los expedientes y la utilización de la fuerza en la solución de los problemas políticos, que es lo que ha ocurrido en BiIbao»; y agregó: «Esto nada tiene que ver con el talante comunista, que es el de ser permanentemente persuasivo». Dijo después que se reunían como «ciudadanos que ejercen un derecho constitucional», y dejó la puerta abierta a la posibilidad final de que no se consume lo que parece una ruptura inevitable en el seno del PCE, para lo cual mencionó la necesidad de una «actitud más constructiva y abierta al entendimiento».
También Roberto Lertxundi se refirió a la crisis del PCE, afirman do que de ella deben salir una re novación y transformación pro fundas de este partido, «porque no se puede tolerar su marginación de la vida española». Asimismo atacó a Carrillo por apoyar al sector minoritario de los comunistas vascos, contrarios a la fusión y asegurando que en la asamblea celebrada por Carrillo en Sestao está el pasado y no el futuro. Terminó asegurando que «quien quiera hacer anticomunismo a través de mí va a encontrarse conmigo todos los días».
Al presentar a los oradores, Zaldívar no dejó de subrayar que las palabras pronunciadas por Onaindía ante el consejo de guerra que le condenó a muerte, en diciembre de 1970, fueron Gora Espanikako langilleak (Vivan los trabajadores españoles). Otro grito escuchado durante el acto -Gora Euskadi askatuta gorria (Viva Euskadi roja)- fue pronunciado por uno de los asistentes, que posteriormente hizo una pregunta sobre la actitud del nuevo partido ante Herri Batasuna, en el coloquio que siguió a la exposición de los oradores.
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