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Ruptura de hecho de los comunistas vascos con la dirección del PCE

El Comité Central del Partido Comunista de Euskadi (EPK) ha decidido rechazar las decisiones adoptadas en la noche del jueves por la dirección central del Partido Comunista de España -anulación de sanciones al sector encabezado por Ormazábal y convocatoria de un congreso extraordinario con el contenido y plazos reclamados por dicho sector-, oficializando así, si no la ruptura definitiva del partido de los comunistas vascos, sí la de éste con la dirección del PCE.

Según la resolución adoptada en la madrugada de ayer por la dirección del EPK -donde es mayoritario el sector Lertxundi-, las decisiones adoptadas el jueves en Madrid suponen «sancionar la división del partido», por una parte, y «un abierto alineamiento con las posturas de la fracción minoritaria que inició la dinámica escisionista», por otra. El propio Lertxundi declaró ayer que la ruptura será definitiva si la dirección central del PCE decidiera «llevar a la práctica por su cuenta, y en contra tanto del Comité Central del EPK como de los estatutos de nuestro partido, las decisiones adoptadas el jueves».Tales decisiones son antiestatutarias, según Lertxundi, porque «el Comité Central del PCE no es un órgano competente ni para convocar congresos de nuestro partido, que tiene entidad jurídica propia, ni para interferir los expedientes tramitados por la comisión de garantías».

La resolución aprobada ayer por el EPK recuerda que fue el comité central del partido vasco quien adelantó en su día la iniciativa de convocar un congreso extraordinario «con la finalidad concreta de que todos los afiliados decidiesen democráticamente sobre las perspectivas que abre el proceso de convergencia». En esa perspectiva, el Comité Central de Euskadi aprobó ayer una propuesta de orden del día para dicho congreso, cuya fecha será fijada por el comité ejecutivo «con la recomendación de que se celebre dentro del presente año".

Según comentó ayer Roberto Lertxundi a EL PAIS, lo más paradójico de la actitud mantenida por la dirección del PCE es el haber hecho suya la bandera de ese congreso extraordinario propuesto por el sector rival y cuyo sentido «no es otro que el de obstaculizar y finalmente paralizar el proceso de convergencia iniciado, y no, como afirman, el de clarificarlo. En el fondo», añadió el secretario general del EPK, «lo que ocurre es que el equipo dirigente del PCE, aunque diga asumir en general la línea de nuestro 4º Congreso, se niega a sacar las consecuencias prácticas del mismo, en el sentido de la necesaria transformación de los instrumentos políticos de la izquierda en Euskadi».

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