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Seis minutos de inspiracion bastaron al Madrid

Trece minutos le bastaron a Angel para eliminar a su par, kipiani. Seis minutos de inspiración necesitó el Real Madrid para eliminar al Dinamo de Tbilissi, que hasta el minuto 72 tuvo la victoria en sus manos. Una noche que se sospechaba de decepción se acabó convirtiendo en una agradable sorpresa, ya que incluso Cunningham marcó un gol. Un Madrid desordenado en los primeros compases del encuentro dejó paso a un conjunto peleón en el último cuarto de hora, para que la victoria no se le escapara.El Dinamo de Tbilissi tiene en Kipiani, Gazaev y Snenevelia a sus mejores hombres. Kipiani es un centrocampista de talla internacional y sobre sus aperturas y la rapidez y fácil desenvoltura de los dos atacantes natos basa el Dinamo todo su potencial. Kipiani tuvo la desgracia de que Boskov le pusiera de marcador a Angel, y éste, incomprensiblemente, en diez minutos, le hizo tres faltas, todas ellas de feo estilo. En la tercera acertó de pleno, y Kipiani tuvo que ser retirado en camilla. El público, que adivinó cierta importancia en la lesión del soviético, no le perdonó a Angel su acción y le abucheó cada vez que cogió el balón. Hacia el final del primer tiempo ya hubo alguna reacción a su favor, pero durante el descanso se conoció la ,gravedad de la lesión y Boskov optó por sustituir al causante del desgraciado suceso.

4 Real Madrid: Miguel Angel; San José, Camacho, García Navajas, Cortés (Pineda, m

87), Angel (García Hernández, m. 46), Del Bosque, Stielike; Ito, Santillana y Cunningham.2 Dinamo: Cabelia; Jizanishvili, Chivadze, D'Anchagashvili, Tavadze; Daraselia, Svanadze, Kakismvili (Jvania, m. 72); Kipiani (Andguladze, m. 13),- Gazaev, Snenevelia. Goles: 0-1. M. 33, Snenevelia entra en el área a trompicones con dos defensores, a los que burla, pero Miguel Angel le derriba. El penalti lo lanza él mismo y bate al meta madridista. 1 -1 . M. 46. Chivadze toca el pie derecho de lto, éste cae, y el árbitro señala penalti. Stielike marca de tiro por bajo. 1-2. M. 69. Carrera por la banda derecha de Gazaev, quien finalmente centra, para que Snenevelia, junto al poste derecho de Miguel Angel, se anote el gol. 2-2. M. 72. Falta que saca Del Bosque sobre el área chica. Cunningham aprovecha un fallo defensivo, y en posición inverosímil empata. 3-2. M. 75. Libre indirecto que saca Del Bosque dentro del área. La pelota la recoge García Hernández, que, sin parar y con la zurda, tira raso junto al palo. 4-2. M. 78. García Hernández combina con Stielike, y éste bombea para que Santillana remate de cabeza. Arbitro. El belga Schoeters tuvo una actuación irregular. En el primer período consintió demasiado al Madrid. Sobre todo a Angel, que se dedicó a perseguir a Kipiani hasta que lo puso fuera de combate. En el penalti a favor del Madrid, aunque al público le pareció exagerado, creo que la falta existió. No señaló, en cambio, un derribo a lto, que fue un penalti con todas las de la ley. Unas 80.000 personas. Noche calurosa. El público abucheó a Angel tras la lesión de Kipiani, que padeció doble fractura de tibia y peroné. Durante el encuentro entre el AZ-67 y el Bayern, jugado con anterioridad, hubo gritos de «De Carlos, dimite, el socio no te admite», ya que las gradas para los asociados, con la reforma, han quedado notablemente reducidas, hasta el extremo de que no caben. Los socios ahora tendrán que sacar un abono si quieren tener asegurado un puesto en las gradas.

Afortunadamente, el encuentro no se tornó en puro asperón, porque los soviéticos, pese a que se adivinó en ellos, tras el descanso, cierto declive por la impresión recibida en el vestuario, lograron rehacerse e incluso pusieron el marcador a su favor tras el empate. El segundo período tuvo fases de brillantez y emoción, porque el Madrid, como en tantas ocasiones, no se dio por vencido, y la fortuna en la portería del gol sur, como tantas veces, le abrió el camino de la final del torneo.

El comienzo del encuentro fue preocupante, porque el Madrid no encontró la debida colocación en el campo. La defensa flojeó por los intercambios de posición de García Cortés y Camacho, que, pese a marcar de cerca a sus pares, permitieron que los soviéticos utilizaran el contragolpe con grave riesgo para Miguel Angel.

Durante varios minutos, el único hombre del Madrid que estuvo a la altura de las circunstancias fue Stielike, pero incomprensiblemente se fue contagiando y acabó fallando pases en ataque y en defensa. Dos de sus imprecisas cesiones estuvieron a punto de costar sendos goles. La buena colocación de Miguel Angel salvó ambos compromisos.

La primera mitad fue absolutamente mediocre por parte madridista. Los georgianos se movieron con serenidad atrás y, con gran velocidad en el contraataque. A pesar del empate, apenas iniciado el segundo período no se pensó en que el Madrid fuera capaz de deshacerse de su rival de manera tan contundente. A lo más que se aspiró en los graderíos fue a la esperanza de los penaltis.

La transformación del Madrid se inició con un par de túneles de Del Bosque y cuatro Cintas preciosas de Ito. El ex salmantino, que con anterioridad no pasó de ofrecer la imagen de un jugador a medio cocerse, despertó y realizó por la banda incursiones que le proporcionaron todo el calor del público. Ito se fue animando solo y acabó convertido en el más bri llante delantero del conjunto local.

La victoria del Madrid se produjo en dos afórtunados centros de Del Bosque y un disparo precioso de García Hernández, que de nuevo se convirtió en un hombre práctico. El Madrid del cuarto de hora final fue un equipo esperanzador para sus seguidores. El de la primera parte careció de los valores más elementales.

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