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El empresario vasco llamó a los accionistas a resistir el miedo a la coacción

Juan Alcorta, presidente de Koipe y Savin, el empresario guipuzcoano que remitió una carta abierta a ETA-m negándose a pagar el impuesto revolucionario, ha presentado la dimisión de sus cargos en ambas sociedades por motivos de edad, según manifestó él mismo ante las respectivas juntas generales.En sus intervenciones en San Sebastián ante las asambleas de accionistas, Alcorta manifestó que «amenazas y miedos atenazan por igual a todos, empresarios y trabajadores, padres e hijos, hombres y mujeres, a toda la sociedad. Y con miedos y amenazas nada se consigue que no sea destruirlo todo. A las personas, a las familias, a las empresas del país y al propio país. Por eso, públicamente quiero pedir a todos que cuando sintáis el golpe feroz de la amenaza o el miedo penséis en que más miedo os debe dar el propio miedo que la amenaza en sí misma. Sólo así podremos seguir viviendo con dignidad».

Como justificación de su renuncia a los cargos de máxima responsabilidad en Koipe y Savin, Juan Alcorta declaró: «Sé que alguien pensará que sesenta años son pocos para retirarme de los puestos que ocupo. Sé también que hay personas que a los 70, 75, 80 y aún más años continúan en puestos de gran responsabilidad. Unos porque siguen en perfectas condiciones físicas y mentales y otros muchos porque no se enteran de que no lo están. No es ese mi caso. Soy plenamente consciente de que he recorrido ya buena parte del trayecto, afortunadamente indeterminado, de mi vida».

En lo que se refiere a los resultados obtenidos por las dos sociedades, Koipe obtuvo un beneficio neto de 301 millones de pesetas, inferior en 29 millones al registrado en el ejercicio de 1979.

Este descenso en el beneficio fue justificado por el presidente de la sociedad en función de la estrategia intervencionista que está desarrollando la Administración en los precios del aceite de girasol, uno de los principales productos comercializados por Koipe. En este sentido, Alcorta manifestó: «Tal intervención nos está obligando, desde hace muchos meses, a trabajar con pérdidas crecientes, pues para esta campaña (que por cierto está a punto de terminar, o sea, que ya no hay tiempo para rectificar) la Administración fijó unos precios políticos sensiblemente inferiores a los costes de la empresa más competitiva. Todo esto nos lleva a una situación como la actual. El ejercicio de 1981 -lo digo crudamente- se está desarrollando con pérdidas.

Porque no se puede jugar a contener precios mediante el sencillo procedimiento de traspasar la carga a las empresas que producen artículos de los que se incluyen en el índice de precios al consumo».

Por su parte, Savin obtuvo un beneficio neto de 312,2 millones, superior en 11 millones al del ejercicio anterior.

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