Más de 250 militantes del PCE firman el documento a favor del eurocomunismo renovador
Un documento, avalado por 252 firmas, en el que se recogen duras críticas formuladas por los «eurocomunistas renovadores» contra el actual equipo dirigente del Partido Comunista de España (PCE), ha sido entregado durante el pasado fin de semana al secretario general del Comité Provincial de Madrid, Simón Sánchez Montero.
El mencionado documento se circunscribe exclusivamente a Madrid y su provincia y cuenta con las firmas de treinta cargos públicos del partido -entre ellos, todos los concejales, a excepción de Julián Rebollo y Juan Francisco Pla-, quince miembros del comité ejecutivo provincial, treinta personas vinculadas al mundo del arte y de la cultura, y el resto pertenece a los diez comités de federación, comités de distrito.y comités locales. Hay también trabajadores de la Perkins, Standard y artes gráficas.Los firmantes constituyen una corriente de opinión de cara al X Congreso del partido, que se celebrará a finales del mes de julio, y pretenden actuar por «la renovación del partido, así como por la profundización en las tesis eurocomunistas, en un intento de acercar la organización a la realidad del país y de evitar frenar la baja de militantes». En este sentido hay que señalar que de los 30.000 afiliados con que el PCE contaba en 1977 ha descendido a 17.000 militantes en Madrid y provincia.
Los autores del documento plantean que el próximo congreso del PCE no debe servirtan sólo para realizar más o menos cambios en los estatutos, sino que es absolutamente necesaria una transformación «en la manera de dirigir el partido y de hacer política eurocomunista en la sociedad española y, por tanto, la renovación significa el cambio del equipo dirigente del partido».
En un análisis de la crisis por la que actualmente atraviesa el PCE, los firmantes del documento aseguran que a partir de la política de consenso -cuya necesidad- en ese momento reconocen el PCE ha carecido de directrices políticas adecuadas y se ha ido encerrando en sí mismo hasta el punto de poner en peligro el capital político conquistado hasta ese momento. En este sentido afirman que mientras que en las primeras elecciones sindicales Comisiones Obreras apareció con una clara hegemonía sobre las restantes centrales sindicales, en estos momentos la central comunista solamente está a un punto y medio de diferencia de UGT.
Respecto a la política municipal del partido, afirman que es un enorme error que, pese a que el PCE recogió el 10% de los votos durante las elecciones municipales -lo que les configuraba como la tercera fuerza política del país-, el abandono ha sido tal que en las tesis precongresuales del partido el tema solamente es abordado en términos generales y tratado como algo marginal
Desbandada de militantes
«El abandono en el frente intelectual y cultural», continúa el análisis de los eurocomunistas renovadores, «se traduce en un despilfarro de un capital político acumulado por el partido, llegándose a una situación de auténtica desbandada, sin que la dirección del partido pase a la entonación del mea culpa a los cambios necesarios».«La presencia del PCE se ha debilitado considerablemente entre los movimientos juveniles, feministas, ecologistas y ciudadanos, mientras los dirigentes comunistas se limitaban a teorizar la crisis de los movimientos sociales sin replantearse la intervención del partido en la sociedad. La desconexión partido-sociedad ha caracterizado también la actividad parlamentaria del PCE, así como su política de cara a los medios de comunicación de masas».
Tras el análisis de la actuación del partido en el campo social, político y sindical, los partidarios de la tendencia eurocomunista renovadora prosiguen su dura crítica afirmando que «la inadaptación de la política eurocomunista a la etapa posconstitucional ha venido inevitablemente acompañada de una falta de adecuación de la estructura organizativa del PCE a su proyecto político». Así, aseguran que en estos momentos las agrupaciones y los comités del partido se han reducido a entidades encargadas de recibir las cuotas, la propaganda, organizar fiestas y campañas electorales, discutiendo muy de tarde en tarde aspectos generales de la política del país, con una incidencia casi nula en la población.
El término de renovación aparece repetidas veces en el escrito, entendida ésta tanto de cara a la óptica eurocomunista como a las personas encargadas de aplicar la política comunista. En este sentido afirman que «la constitución de los órganos de dirección debe realizarse en función del papel del PCE en la sociedad y no por criterios de eficacia burocrática».
Algunos de los firmantes declararon a EL PAIS que el documento fue redactado hace diez días y que sólo se ha pasado a la firma a los miembros de la organización en Madrid, que trabajan directamente en el partido, y no a los diputados parlamentarios ni al comité central ni a otros militantes de otras provincias que podrían estar interesados en firmar, porque han preferido dejar la iniciativa a los restantes colectivos comunistas del Estado español.
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