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Una historia especial de la música "seria" en "Clásicos populares", de RNE

A partir de mañana, el programa Clásicos populares de RNE, que dirige Fernando Argenta, a las 18.30, abre una nueva sección dedicada a contar de una forma muy especial la historia de la música. Los radioyentes que escuchen este espacio, realizado con la colaboración de José Marujel Rodríguez, Rodri, tendrán, por ejemplo, la oportunidad de oir el Concierto para dos piedras chocadas y voz gutural en fa menor, de autor anónimo, naturalmente. El programa comienza en el preciso momento en que el hombre prehistórico descubre que puede emitir sonidos imitando a la naturaleza.

La inclusión de esta pieza inédita y singular como nuestra en vivo de los orígenes prehistóricos del fenómeno musical, cuando el hombre empezó a imitar los sonidos de la naturaleza y de los otros animales, es un indicio de la tónica que pretende seguir este espacio, en armonía con el tono general que mantiene Clásicos populares desde su nacimiento, hace ya seis años, en abril de 1976.«Como a mí no me van nada los lenguajes esotéricos, ampulosos y pretenciosos que suelen emplear los encargados de difundir la música clásica, decidí crear un programa que no tuviera nada que ver con lo que se había hecho en este campo hasta la fecha», explica Fernando Argenta. Así surgió Clásicos populares con la estructura de un programa pop-rockero y el lenguaje enrollado y vacilón que utilizan los jóvenes hablantes. Los resultados obtenidos hasta el momento demuestran que la fórmula de popularización ingeniada por Argenta es válida: el programa ocupa un quinto puesto en las listas de preferencias -según las últimas encuestas realizadas- y cuenta con un total de tres millones de oyentes habituales, lo que representa una audiencia superior a la que alcanza cualquier otro programa de música clásica en Europa.

«Es una mentira tamaño familiar lo que siempre se nos ha dicho de que el pueblo español no es sensible a la música clásica», afirma Argenta. «Lo que ocurre es que esta música no se ha servido adecuadamente en la radio, donde se acostumbra ofrecer obras completas, difíciles de digerir y sin presentación alguna o, lo que es peor, con unos comentarios plagados de intelectualismo que un oyente normal rechaza».

«Hay que fragmentar, escoger las piezas con más gancho, contar la vida de los grandes músicos como seres humanos y no semidioses de otra galaxia», argumenta Argenta. «Hay que emplear un lenguaje de la calle e introducir el humor y la sonrisa en la música clásica para librarla de la etiqueta de rollazo que solamente suena en Semana Santa o cuando se muere alguien».

Los criterios de popularización musical que aplica Fernando Argenta en Clásicos populares se ajustan a la serie de recomendaciones que dio el grupo de expertos reunidos la semana pasada en Torremolinos -en la VI Semana Internacional de Estudios sobre la Radio- sobre la necesidad de presentar los programas de música clásica de forma mucho más amena para los oyentes. Los expertos aconsejan también recurrir a una especie de pinchadiscos, especialista en clásicos, y que las orquestas sinfónicas de las emisoras graben obras anteriores a 1700 y posteriores a 1920, que son las más difíciles de encontrar en el mercado discográfico.

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