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"Cumbre" en Abu Dabi de los Estados ribereños del golfo Pérsico

Los dirigentes de seis Estados árabes ribereños del golfo Pérsico iniciarán mañana, lunes, en esta capital, su primera reunión en la cumbre, donde discutirán esencialmente cómo preservar la estabilidad de la estratégica región y cómo conjurar la amenaza de una intervención extranjera. El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), creado el pasado mes de febrero a raíz de la conferencia panislámica de Taif o Conferencia de la Meca, celebrará así su primera cumbre, que ha sido preparada durante el fin de semana por una reunión de los respectivos ministros de Asuntos Exteriores.

Componen el CCG: Arabia Saudí, Kuwait, Bahrain, Qatar, los Emiratos Arabes Unidos y el sultanato de Omán, países todos ellos muy vinculados por lazos étnicos, religiosos, culturales e históricos. Agrupan a poco más de una docena de millones de personas que disfrutan de las rentas per cápita más altas del mundo, excepción hecha de Omán, y producen más de la cuarta parte del petróleo procedente del mundo no comunista.Exceptuado Irán, que se asoma a la orilla oriental del golfo y que no es un país árabe, sólo falta Irak entre los Estados que forman el CCG y que tienen acceso directo a esta región tan vital para el mundo occidental.

La intervención soviética en Afganistán, la revolución iraní y la llamada guerra del golfo, que enfrenta estérilmente a Irán e Irak desde hace nueve meses, han sido algunos de los factores que han motivado la convocatoria de esta cumbre de jefes de Estado árabes, junto con el creciente peligro de una injerencia directa de las superpotencias en el área.

La conferencia estará presidida por el jeque Zayed ben Sultán emir de Abu Dabi y presidente de la Federación de los Emiratos Arabes Unidos, quien, en repetidas ocasiones, se ha declarado contrarío a la presencia de cualquier poder extranjero en el golfo. El príncipe heredero de Abu Dabi, Jalifa ben Zayed, declaró ayer que la única forma de hacer frente a las amenazas que se ciernen sobre el golfo y de garantizar la seguridad de la región es la «coordinación y la cooperación» entre todos los Estados ribereños.

Tras la creación de una fuerza de intervención rápida compuesta por 150.000 hombres del Ejército norteamericano, del incremento en el número de navíos de guerra que patrullan la región y del estallido del conflicto entre Irán e Irak, los emires y jeques del golfo no han cesado de expresar su preocupación ante un posible enfrentamiento directo de las dos superpotencias o de la intervención de una de ellas para controlar los pozos.

La presencia en la cumbre del sultán de Omán, alineado de forma clara con Estados Unidos y Egipto, y partidario de ceder instalaciones estratégicas y militares en su territorio, parece indicar que los seis Estados árabes no mantienen puntos de vista radicalmente diferentes. Omán propondrá posiblemente la creación de una fuerza naval interárabe para proteger el estratégico estrecho de Ormuz.

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