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Reportaje:

Los "récords"' mundiales de 100, 400 y longitud, los más antiguos

Atletismo: las marcas de Hines, Evans y Beamon, trece años sin ser batidas

Los años posolímpicos no son propicios a la consecución de récords. En el mundo del atletismo, la élite sigue unos ciclos programados para alcanzar su mejor momento de forma en los Juegos. Lasse Viren es un ejemplo claro; sólo alcanzaba la cima en las citas olímpicas. No obstante, todos los años el hombre supera los límites establecidos por él y éste no será la excepción. Pese a todo, hay récords mundiales que tienen ya una antigüedad de trece años y españoles de nueve.

El récord mundial de atletismo más antiguo es el de los 100 metros, en categoría masculina. El 14 de octubre de 1968, Jim Hines corrió la distancia en 9,95; desde entonces ningún hombre ha logrado correr a 36,18 kilómetros por hora. Eran los Juegos Olímpicos de México, y cuatro días más tarde, Lee Evans y Bob Beamon establecieron los récords mundiales de 400 metros -43,86- y longitud -8,90-, récords que hoy en día tampoco han sido superados. México se convirtió desde entonces en la capital de los récords al ser la única ciudad del mundo situada por encima de los 2.000 metros de altitud con unas grandes instalaciones de atletismo. Prieto Mennea y João Carlos Oliveira establecieron también allí sus récords mundiales de 200 y triple salto, respectivamente.El atletismo español también se ha favorecido de las condiciones de México, y así, hace dos años, con motivo de la Universiada, Hornillos y Casabona batieron los récords nacionales de 400 metros, tanto en lisos como en vallas. Se desaprovechó, en cambio, la oportunidad de rebajar el de 200, porque nadie ha cogido el relevo en la velocidad, aunque Carbonell está llamado a ser el sustituto de Sánchez Paraíso; de hecho, ya es el recordman en 100 metros. Pero es el de 200, juntó con el de 10.000, el récord de mayor antigüedad en el atletismo español. Datan también de una cita olímpica, la de Munich, y se lograron el 3 de septiembre de 1972.

En categoría femenina, los récords se renuevan más a menudo. De tal manera, el mundial más antiguo es el de 3.000, establecido el 7 de agosto de 1976, aunque al no ser una prueba olímpica -lo será a partir de los Juegos de Los Angeles- no ha tenido grandes especialistas. Le siguen los 100 metros, que este año cumplirá cuatro años, si antes no es batido. Si en hombres es México la ciudad de los récords, en mujeres es cualquier ciudad de los países del Este europeos -Moscú, Dresde, Varsovia, Jena, Praga, Postdam, Sofia o Podolsk- no por sus condiciones, sino porque,en ellas es donde está centrada la actividad de mayor alto nivel.

Las atletas españolas tienen como récord más antiguo el de peso. El 20 de julio de 1974, Ana María Molina, fallecida a consecuencia de un accidente, lanzó 14.13 metros. Este récord, junto con los de 400, 1.500 y 3.000, fueron los únicos que no si batieron el año pasado. Montserrat Pujol y María José Martínez se repartieron tres cada una, lo que indica la falta de grandes especialistas. Ellas son, con Carmen Valero, las únicas capaces de competir dignamente en pista a nivel internacional. En España no tienen rival y de ahí que sean capaces de ser las mejores en cuantas pruebas participan.

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