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El Barcelona no permitió que Díaz-Miguel diera la selección antes de la final de Copa

El Barcelona, reciente campeón de Liga y Copa por segunda vez -ya lo consiguió en la temporada 1958-1959-, se puso en plan de amo y señor hace pocos días y se dirigió a la Federación para exigir, poco más o menos, que Antonio Díaz-Miguel, seleccionador nacional, no facilitase la lista de los jugadores que formarían parte del equipo antes de que se celebrase la final de la Copa. Entendía el club azulgrana que podía influir psicológicamente en los protagonistas. La Española accedió -siguen siendo los clubes los que mandan-, pero sería absurdo ignorar que el hecho puede estar relacionado con el claro enfrentamiento que existe entre Díaz-Miguel y el técnico azulgrana, Antonio Serra.La final de la Copa que se disputó en Almería se ha convertido en la más polémica de los últimos años, debido principalmente a que la Federación no gobierna y no dota de la debida autoridad a sus respectivos comités. En este caso fue el estamento arbitral el que sirvió para encender la llama. Ambos equipos -Madrid y Barcelona- facilitaron una lista de árbitros con los que estaban conformes que pitasen la final. Este fue el primer error. Si hay un Comité de Arbitros, hay que entender que nadie mejor que él está capacitado para saber qué árbitros son los adecuados para dirigir cada encuentro. Si el Comité muestra ineptitud, lo normal es que lo cambien o lo supriman, pero mientras exista no se le puede restar autoridad primero, para poder pedirle responsabilidades después.

Angel Sancha, presidente del Comité arbitral, manifestó a EL PAÍS que no estaba conforme con lo que se había hecho respecto a los dos colegiados que arbitraron la final. Hay que preguntarse cuál es entonces la misión de este Comité si la Federación se permite actuar en contra de sus criterios. Por otra parte, Barcelona y Real Madrid pusieron en sus listas a Hernández Cabrera, pero no coincidieron en el auxiliar. Los blancos proponían que no fuera ni castellano, ni catalán, lo que parece lógico, y apuntó la idea de que al celebrarse en Almería fuera andaluz. Esto no se aceptó y se procedió al sorteo entre los árbitros que figuraban en ambas listas. Salió Mas y fue inevitable la disconformidad madridista.

La selección, ese absurdo secreto

Como si se tratara de un excepcional tema, desde siempre se le ha dado una absurda importancia al hecho de conocer los doce nombres que componen la selección, sobre todo si se tiene en cuenta que no pasa de ser una información más. Se llegó al punto de que el miércoles Díaz-Miguel no quiso facilitarla, ni siquiera minutos antes de que finalizara el partido, porque tenía órdenes de Segura de Luna, presidente de la Española, de no hacerlo, aun a sabiendas de que ningún periódico la podía ofrecer a los lectores hasta el día siguiente, cuando lógicamente los medios audiovisuales lo dieron esa misma noche. Es un caso claro de escasa y retrógrada mentalidad.En torno a la lista de la selección, que se concentrará hoy, hubo evidentes diferencias entre la Federación y el Barcelona, que al final se tradujeron en un enfrentamiento entre Serra y Díaz-Miguel. Este quería haber dado antes la selección para, sobre todo, poder hablar con los seleccionables que no estarían en la lista. Díaz-Miguel siempre cuidó mucho este aspecto. Serra no quiso que sus jugadores supieran oficialmente si iban a estar o no en el equipo nacional. El enfrentamiento entre el seleccionador y el técnico azulgrana viene de atrás y de momento no parece que tenga fácil salida. Díaz-Miguel consultó con todos los entrenadores, menos con Serra. Según Serra, Díaz-Miguel debió felicitarle tras uno de sus triunfos, y lo que debió quedar en una chiquillada se convirtió en un drama, en el que al final salieron a relucir las diferencias técnicas entre uno y otro, especialmente ahora que ambos están «en triunfadores».

Tanto Antonio Díaz-Miguel como Antonio Serra gozan de un brillante historial. Fuera del mundo del baloncesto es más conocida la sensacional trayectoria de Díaz-Miguel, cuyo último triunfo fue el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Moscú. A esto es justo añadir que en la temporada 1979-1980, Fernando Romay y Juan de la Cruz estaban ignorados en sus equipos y el seleccionador los hizo titulares muy eficaces con la camiseta de internacionales.

Antonio Serra no ofrece dudas y ha fallado muy poco. Primero en el Mataró, al que se definió como matagigantes, y después con el Manresa, con el que alcanzó clasificaciones en la Liga en las que nadie podría creer, con escasa plantilla. En su primera temporada en el Joventut consiguió el título de Liga. Ahora, en el Barcelona, hizo el doblete, si bien es cierto que cuenta con un gran equipo, al igual que los madrid Istas durante muchos años. Por último hay que decir que fue el primer seleccionador español que logró subir al podio europeo a un equipo nacional, el juvenil, y a domicillo.

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