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Cambio de estrategia en el Banco Hispano Americano

El Banco Hispano Americano ha presentado a sus accionistas, en el transcurso de su junta general, lo que será la nueva estrategia de la entidad, basada en desglosar la actividad del grupo en tres campos fundamentales: la actividad, como banco comercial, como banco internacional, y la cobertura de los mercados financieros a través de empresas especializadas que cubran estos sectores con mayor elasticidad y rentabilidad de la que permitiría la actuación de todo el grupo en su conjunto.El presidente de la entidad, Luis Usera, manifestó que, por primera vez en la historia del Hispano, se había realizado una auditoría externa, a nivel de grupo, y que los resultados de ésta habían sido altamente satisfactorios, pues el balance consolidado del Hispano y sus empresas había obtenido un dictamen favorable.

La política patrimonial de la entidad se verá reforzada por una ampliación de capital que, en la proporción de una acción nueva por cada diez antiguas totalmente liberada, se desarrollará a partir del próximo día 4 de mayo. A esta operación seguirá una emisión de bonos de tesorería por un importe máximo de 20.000 millones de pesetas, y cuya fecha de realización aún está por determinar. Otra ampliación de capital, en condiciones similares a la que se realizará a lo largo del próximo mes, será desarrollada durante el primer semestre de 1982.

El consejero delegado del Banco Hispano, Alejandro Albert, presidente de la comisión directiva de la entidad, y uno de los principales inspiradores de la nueva estrategia, se refirió a que en la actual situación, con unos tipos de interés para las operaciones de pasivo muy elevados, unos precios de activo a la baja y una demanda de crédito inestable, las reglas del juego han de ser más sutiles de lo que venían siendo. El principal objetivo lo ha de constituir el captar sólo aquellos recursos que se puedan colocar a tipos de interés rentables entre clientes solventes.

En el capítulo de resultados de la entidad, que ya eran conocidos (véase EL PAIS del 26-3-1981), los beneficios antes de impuestos del Banco Hispano aumentaron en un 20,03%, mientras que la actividad inversora experimentó un discreto 10,1% de incremento. La actividad internacional del banco aportó una tercera parte de los resultados totales del ejercicio, y el dividendo, con cargo a 1980, será de 74,29 pesetas por acción.

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