Alerta máxima de la policía alemana tras la muerte de Sigurd Debus
Las fuerzas de seguridad de la República Federal de Alemania han sido puestas virtualmente en pie de guerra tras la muerte, por huelga de hambre, en un hospital de Hamburgo, de Sigurd Debus, de 38 años, que cumplía condena por actividades terroristas. En la RFA se teme una explosión de violencia extremista para vengar a Debus.Los otros veinticinco presos en huelga de hambre en las cárceles alemanas, la mayoría de ellos vinculados al grupo de extrema izquierda Fracción del Ejército Rojo, cesaron ayer en su ayuno al recibir garantías sus abogados de que el Gobierno está dispuesto a suavizar las severísimas condiciones de aislamiento en que están recluidos. Amnistía Internacional se ha dirigido repetidamente a las autoridades de Bonn en este sentido.
Los responsables judiciales de Hamburgo han publicado una nota oficial en la que afirman que «se hizo todo para mantener con vida» a Debus. Los servicios de protección de los líderes políticos alemanes han sido redoblados, lo mismo que la vigilancia en lugares céntricos, estaciones y aeropuertos.
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