Gerald Brenan: "En Andalucía traté de encontrar una universidad sin clases ni profesores"
Cuando, en 1919, Gerald Brenan llegó por primera vez a España, «huyendo de la sofocante vida y la rutina profesional de la Inglaterra victoriana», apenas contaba veinticinco años y estaba todavía bastante lejos de imaginar que llegaría a convertirse con el tiempo en el más cualificado hispanista anglosajón del siglo XX. Hoy, al cabo de Las Alpujarras, en la provincia de Granada, don Gerardo, como todo el mundo allí le dice, ayer celebró su 87 aniversario en la más rigurosa intimidad de su casa malagueña de Alhaurin el Grande, donde hace trece años que fijó su residencia y desde donde sigue trasladándose regularmente a localidades alpujarreñas para pasar los veranos y otros periodos vacacionales. En Andalucía, el autor de Al sur de Granada trató de encontrar «una universidad sin clases ni profesores».
Nacido en la isla de Malta en 1894 Gerald Brenan se trasladó casi de inmediato con su familia a Irlanda del Norte, adonde su padre, oficial del Ejército de Su Majestad la reina de Inglaterra, había sido destinado. Y si bien los sucesivos destinos posteriores del padre llevarían a Brenan a los más diversos y fantásticos países del entonces extenso imperio británico, incluidas India y Africa del Sur, lo cierto es que la primera gran guerra europea le proporcionaría, en 1914, la oportunidad de abandonar su casa y sus estudios sin necesidad de provocar una ruptura familiar, pero «escapando así al mundo burgués que mis padres y el futuro me tenían reservado».Tras recorrer casi todos los frentes de batalla europeos y terminar la contienda con el grado de capitán, Brenan arribó al puerto de La Coruña un lluvioso día de septiembre de 1919 con una sola idea fija en la cabeza, la de encontrar un sitio tranquilo y lo suficientemente alejado del mundanal ruido donde, como un nuevo Emilio rousseauniano le fuera posible educarse por sus propios medios y dedicarse a a cultivar su recién nacida vocación de escritor.
"Me decidí por España por ser un país barato"
«Me decidí por España pensando que sería el país más barato que podría encontrar en Europa, pues se había mantenido neutral en la guerra. Quería encontrar un lugar tranquilo para dedicarme a leer y estudiar, durante dos o tres años, los 2.000 libros que previamente había juntado en Inglaterra y hecho enviar por barco a Almería. Tenía la intención de ser poeta, pero para escribir tenía antes que aprender a hacerlo. Vine a Andalucía como se va a una universidad, pero en plan autodidacta, sin clases ni profesores y con la única compañía de mis propios libros. Por supuesto, no podía imaginarme entonces que terminaría quedándome aquí para casi toda mi vida».
Búsqueda de uno mismo
Puede decirse, en efecto, que Brenan vino a España buscándose a sí mismo y se encontró con un país que pronto lo rebautizó con el nombre don Gerardo, y que él no tardaría en adoptar como propio. Así, el 13 de enero de 1920, el hoy ilustre hispanista, después de recorrer a pie más de la mitad del casi centenar de pueblos y aldeas que jalonan la ladera sur de Sierra Nevada, terminó por instalarse en la localidad de Yegen, donde pasaría cerca de diez años de su vida y cuyas gentes y costumbres inmortalizaría más tarde, con arte magistral, en su libro South From Granada (Al sur de Granada). Desde entonces, Brenan ha vivido ya casi continuamente en Andalucía, de donde sólo ha salido en contadas ocasiones durante los últimos 61 años, casi siempre forzado por determinadas circunstancias y obligaciones.
Guerra civil y libros
El 18 dejulio de 1936 le sorprendió en su casa de Churriana, a ocho kilómetros de la capital malagueña, donde se había instalado a raíz de su matrimonio con la poetisa norteamericana Gamel Woosley, y la vivencia de los acontecimientos de la guerra civil española, así como sus simpatías por la legalidad republicana, influirían decisivamente en la posterior evolución de toda su obra investigadora y literaria. La mayor parte de sus libros famosos (The face of Spain, The literature of the spanish people, El laberinto español, Al sur de Granada, Memoria personal y su San Juan de la Cruz) han batido récords de venta en los países de habla inglesa, y resultan hoy día prácticamente imprescindibles para cualquier anglosajón interesado en el estudio de la política o la literatura españolas.Hace trece años, a la muerte de su esposa, don Gerardo vendió su caserón de Churriana y se trasladó a la Cañada de las Palomas, en Alhaurin el Grande (Málaga), donde desde entonces vive en compañía de su sobrina Lynda Nicholson y desde donde sigue trasladándose todos los años a la Alpujarra granadina para pasar el verano.
Como afirma el joven profesor Miguel Pelegrina, que es del propio Yegen y mantiene una amistad socrática con Brenan, éste es «como el viejo Catón, del que siempre se puede aprender algo sobre los hombres y, en especial, sobre los españoles vistos desde fuera, mientras su fino humor hace flotar apacibles las palabras alrededor de la taza de té que, como buen británico, siempre ofrece a sus visitantes. En cualquier otro sitio, hace tiempo que le habrían nombrado doctor honoris causa de más de una universidad».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.