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El Banco Interamericano de Desarrollo busca recursos financieros fuera del área americana

Con un amplio recorte de sus posibilidades de financiación, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) comienza mañana, lunes, en Madrid, su 22ª reunión anual, con asistencia de ministros de Hacienda y delegados de sus 43 miembros. Por vez primera en su historia se celebra esta asamblea en la capital de España y en Europa.

La llegada de Ronald Reagan a la Presidencia norteamericana ha supuesto para el BID, como para sus organizaciones hermanas en la esfera global -como el Banco Mundial-, un duro golpe. Los recortes presupuestarios de Reagan afectarán , al Banco Interamericano de una forma decisiva, aunque todavía no parece muy tarde para evitar lo que puede ser un desastre para esta organización.El BID ha ayudado a la financiación del desarrollo latinoamericano -su principal y casi exclusivo campo de actuación- durante dos décadas. A lo largo de veintidós años, este, organismo, con base en Washington, ha pasado de tener una importancia regional a ser un vehículo de ayuda global financiera a Latinoamérica. Hoy más de cuarenta países, entre ellos muchos europeos, forman parte del banco como prestamistas y receptores de fondos.

Antonio Ortiz Mena, su presidente, no oculta que, en estos momentos, la principal preocupación del banco es evitar que se cumplan las amenazas de la Administración Reagan de recortar los fondos norteamericanos con destino al BID, dentro de los planteamientos restrictivos que dominan la filosofía del nuevo equipo económico de Washington.

Sin embargo, el equipo directivo del BID opina que sería un error histórico atajar los problemas políticos y de desarrollo que, padece Latinoamérica, con una política ciega de condicionar el apoyo económico. Ortiz Mena es partidario, por el contrario, de una filosofía mucho más sencilla. La inestabilidad de los países latinoamericanos sólo podrá ser atajada por medio de ambiciosos proyectos de desarrollo económico que eleven los niveles social y económico de la población del continente.

Precisamente, el BID nació en 1960, con la llegada a Washington del nuevo espíritu continental que supuso la Administración Kennedy. Eran los meses posteriores a la revolución cubana de Fidel Castro, y en algunas capitales americanas se pensaba que el experimento fidelista se podía repetir si no se hacía algo para quitar la bandera del desarrollo a los que entonces la enarbolaban.

Hoy, dos décadas después, Washington contempla el continente con ojos muy diferentes, a juzgar por las primeras señales que deja filtrar la Administración Reagan. En El Salvador, por ejemplo, los responsables del Gobierno norteamericano son más partidarios de afrontar los problemas desde un punto de vista militar que desde planteamientos económicos.

El BID, sin embargo, no ha renunciado a sus objetivos fundacionales, aunque esto le fuerce a buscar nuevas fuentes de financiación lejos del área continental. Hoy, España y muchos países europeos forman parte del organismo y contribuyen de forma importante a la financiación de proyectos agrarios, industriales, culturales y de desarrollo, desde el sur de río Grande hasta la Tierra de Fuego.

No obstante, sobre el BID existen todavía acusaciones de corte histórico que oscurecen sus resultados. En la década de los años setenta, el BID se convirtió, en cierta forma, en un vehículo de boicoteo de algunos planes que, sin financiación institucional, supusieron un duro golpe para experiencias como la de Salvador Allende en Chile. En los tres años del Gobierno socialista, Chile apenas recibió créditos del BID. Unos dicen que los chilenos no supieron convencer de la necesidad de sus proyectos, y otros aducían la existencia depresiones norteñas.

En cualquier caso, el BID carga hoy a sus espaldas, como lo hace también el Banco Mundial, el caso chileno, aunque en el ejemplo más cercano de Nicaragua el banco se ha corregido y hoy es uno de los principales abogados de la necesidad de financiar proyectos agrícolas en el país sandinista. Es más, el BID ha sido, en algunos momentos, la tabla salvavidas de la náufraga Nicaragua.

De mil a 20.000 millones

En sus veinte años de historia, el BID ha pasado de tener unos recursos de sólo mil millones de dólares a cerca de los 25.000 que se espera maneje en el bienio 1980-1982. Estos recursos están distribuidos prácticamente entre todo el área continental, siendo Brasil, México y Colombia los que más se han beneficiado de los programas de la institución.Entre los países que más fondos suministran al BID hay que destacar, después de Estados Unidos, a la República Federal de Alemania, a Suiza y Japón. España es, asimismo, un contribuyente importante, y hasta la fecha ha entregado sumas que superan los 150 millones de dólares en todos los conceptos.

A la 22ª Asamblea del BID asistirán ministros y delegados de los 43 países miembros, entre los que cabe mencionar, por su actualidad, al ministro de Economía y Finanzas de Argentina, Lorenzo Sigaut, que piensa hacer una exposición de la nueva política económica de su país. Asimismo vendrá el ministro de Planificación de Brasil, Antonio Delfín Netto.

Según cálculos privados, la reunión de Madrid va a servir para ultimar y cerrar una serie de operaciones de crédito con destino a aquellos países, por un importe superior a los 5.000 millones de dólares. Hay que advertir que estos préstamos no parten exclusivamente del BID, sino, primordialmente, del euromercado, hoy una mayor fuerte de financiación que las institucionales, regionales y globales.

En la sesión inaugural del lunes, Antonio OrtizMena, presidente del banco, hará un detallado análisis die las actividades llevadas a cabo por la institución durante 1980, en sus esfuerzos por fomentar el desarrollo económico y social de sus países miembros.

Durante el curso de la reunión anual, los gobernadores harán exposiciones relacionadas con las actividades del banco, orientadas a ayudar al desarrollo de la región.

Se espera que unas 2.500 personas participen en la reunión, incluyendo delegaciones de países y observadores de los sectores público y privado de América Latina, Estados Unidos, Europa, Asía y Oriente Próximo.

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