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Reportaje:

Los atletas muy altos, excepción en casi todas las modalidades

Entre los deportes más extendidos o conocidos, sólo en diez se puede apreciar alguiia influencia -más o menos, y siempre relativa- de la estatura de sus practicantes. Evidentemente, en casi ninguno se roza siquiera la que puede tener en el baloncesto, e incluso en determinadas modalidades se trata de curiosas excepciones. Por orden alfabético, este sería un rápido resumen:

Atletismo. Salvo para los lanzamientos -y sólo en los de peso y disco-, donde además el peso corporal, en musculos más o menos anabolizados, casi la minimiza, sólo se aprecia una influencia bastante clara en el salto de altura. El estilo fossbury o de espaldas al listón, practicado ya en mayoría sobre el rodillo ventral, es utilizado, con pocas excepciones, por atletas que rondan los dos metros de estatura.

Balonmano. Aunque teórícamente puede parecer una ventaja la altura para salvar la barrera defensiva habitual en este deporte, sus características hacen que la cota de calidad baje mucho más los centímetros que en baloncesto. Desde luego, menos de los dos metros, que sólo los alcanzan o superan casos aislados y tampoco los mejores «cañoneros»: Wunderlich, de la RFA, 2,04; o los soviéticos Tch.ernysev, 2,02, Kushnirjuk, 2, o Ampilogov, 2,05, reciente rival del Atlético de Madrid en cuartos de final de la Recopa. Cecillo Alonso, con poco más de 1,90, fue, y es, mucho más práctico. Incluso grandes goleadores sólo han rondado el 1,80. El salto en suspensión y la potencia de disparo, bien desde la línea de seis metros, bien desde los nueve, es lo importante.

Ciclismo. La estatura puede ser buena para rodar o en las pruebas contra reloj -Dietrich Thurau o Roy Schulten son ejemplos-, pero muy mala para escalar. Todo ciclista que pase de 1,80 deberá hacer demasiado esfuerzo para mover su esqueleto, sin compensación suficiente.

Fútbol. Pocosjugadores superan el 1,90. Y si es bueno para el remate de cabeza -o en defensa-, sus cinturas no lo son tanto para el juego raso. Además, los grandes cabeceadores -Kocsis, Santillana- tienen detente, gran salto, pero no elevada estatura necesariamente. Cu riosa excepción con el balón en los pies, pero sólo compensada su relativa torpeza por su enorme coraje, es Roberto Martínez, hombre de 1,92 y que es toda una excepción.

Yudo. El caso raro aquí -naturalmente para pesados y todas categorías- fue el holandés Anton Geesink, el mejor judoka occidental de todos los tiempos. Medía 1,98 metros, con 118 kilos, en su mejor forma. Siete veces campeón europeo y campeón mundial en 1961 y 1965, derrotando ya a los japoneses, provocó el duelo nacional nipón al vencer a Kaminaga en la final olímpica de Tokio -debú del yudo en los Juegos-, en 1964. A su calidad técnica -aprendida en Japón largo tiempo, con su mejor llave, la décima de cadera- unía su potencia. Cuando logró llevar al suelo a Kaminaga, un poco menos pesado y mucho más bajo, todo el mundo se dio cuenta cle que éste no podría escapar de la inmovilización.

Natación. La propia contextura requerida para el deporte acuático «pide» hombre altos, pero rarísimamente alcanza los,dos metros. A gran nivel sólo «es beneficioso» en waterpolo. Húngaros y soviéticos han conseguido algunos. Al ser la profundidad mínima de las piscinas precisamente dos metros, la ventaja sólo es por su envergadura, pero no para «hacer pie».

Remo. Al igual que en ciclismo, el problema aquí es: compaginar estatura con el peso corporal que se debe mover. Unicamente lo ha conseguido con más de dos metros -aunque muchos se,acercan a esa altura- el finlandés Pentti Karppinen, imbatible en skiff, la categoría individual, desde hace varios años. El soviético Ivanov, el mejor del mundo hasta 1964, sólo medía 1,85.

Rugby. La ventaja. en el deporte del balón oval sólo es para las touches o saques de lateral. Y pocos jugadores -segundas líneas, por tanto-, a pesar de ello, han pasado, a gran nivel, de los dos metros. El más alto fue el escocés Peter Stagg, con 2,07 confesados, pero quízá 2,11. De 1965 a 1970 disputó veintiocho partidos internacionales y era bastante buen jugador no sólo en touche. Escocia también sacó recientemente otro hombre de 2,03, Andy Gray. Suráfrica tuvo a Tony Naude -1963-1968- de 2 metros justos, y Francia, al barbudo y casi eterno Alain Esteve, 2,02, también polifacético en la delantera, pues llegó ajugar de número 8, tercera ala. Otro galo de calidad, Jean Pierre Bastiat, tenía 1,99 o quizá 2. Otro surafricano, John Williams, igualmente, 1,99.

Tenis. La estatura sólo parece buena para el servicio, por eso hay pocos «muy altos». Jugadores como el norteamericano Víctor Amaya, sin embargo, son limitados en el resto deljuego.

Voteibol. Al igual que en balonmano o en fútbol, la detente es más importante y hay cubanos con menos de 1,80 que separan sus pies del suelo en el salto más de un metro. Con más de dos metros difícilmente se puede alcanzar tanta altura -la red está a 2,43 para los hombres y 2,24 para las mujeres-. Además, aunque pueda haber cambios, los altos sólo servirían, sin demasiada técnica, pa ra las posiciones de remate y bloqueo, pero, al haber rotaciones, no para las recepciones. De todas formas, hay jugadores de más de dos metros, pero no muchos. En mujeres, la «mayor», a gran nivel, es la alemana oriental Fetzer, con 1,96. En Francia hay unajoven de diecisiete años con 1,93, Brigitte Lesage, pero las mejores soviéticas o alemanas apenas llegan ya al 1,90.

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