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Triste victoria del Madrid ante el Den Bosch

La victoria del Real Madrid sobre el Den Bosch fue tan justa como triste, en un partido que no «transmitió» absolutamente nada. Este Real Madrid no juega evidentemente como campeón de Europa. Le falta ambición, no ganas, y no acaba de asentarse en unas bases sólidas que le permitan volver a tener fa entidad de siempre. Este Real Madrid «no sabe o no contesta», y de ahí que los resultados de sus pruebas no sean todo lo positivos que sería de desear. Indudablemente, y debido, sin duda, a las circunstancias, le falta alegría al conjunto de Lolo Sainz.Hay que decir, una vez más, que el Real Madrid debe plantearse muy seriamente, con vistas ya a la próxima temporada, que su asesor a la hora de importar jugadores no vuelva a fallar. Abromaitis volvió a estar desafortunado, pero lo de menos no es su actuación, sino la forma en que se desenvuelve en la cancha. A los doce minutos ya había cometido tres faltas personales y tan sólo había conseguido dos tiros libres, casi todo un récord. A los quince minutos cometía la cuarta. Después, en el segundo tiempo, no hizo un solo punto antes de ser eliminado por la quinta. Traer un jugador del otro lado del Atlántico para esto resulta muy poco rentable y el tema requiere un planteamiento verdaderamente serio. Randy Meister, en cambio, volvió a ser otra vez el amo y señor de los rebotes y además consiguió puntos. Rullán sigue en su buena línea, aunque le deberían llegar muchos más balones, e Iturriaga sigue siendo ese jugador eficaz al que, sin embargo, cabe exigírsele más, si es que de verdad se le resuelven definitivamente sus pequeñas lesiones.

Lolo Sainz ha conseguida, pese a tener dos bases internacionales, quedarse sin ninguno de ellos. Quizá el hecho de alternarlos constante y, a veces, caprichosamente ha puesto nerviosos a ambos y ninguno de los dos rinde a su nivel. Con estas perspectivas, el panorama del conjunto blanco no puede ser halagüeño, resultados al margen. Un equipo que a los quince minutos aventaja a su rival por veinte puntos (46-26) jugando en su cancha no puede después dejarse arrebatar esa diferencia, sobre todo si el rival no tiene la suficiente entidad como para demostrar que en esos primeros minutos tuvo un bache. El bache lo tuvo una vez más, y ya son todas, el Real Madrid en el segundo tiempo. Esta es otra cuestión que empieza a ser verdaderamente grave en el conjunto madridista. Evidentemente, los blancos se vienen abajo en los segundos tiempos. No es ninguna exageración decir que su preparación física quizá no sea la adecuada. En caso contrario habría que analizar las causas que llevan a que un campeón de Europa se vaya abajo de la forma en que lo hizo ayer.

En otro partido de la liguilla final de la Copa de Europa, el TSSKA venció en Moscú al Bosna yugoslavo por 93-83, y el Maccabi, en Tel Aviv, al Synudine por 9288.

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