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II Congreso de Unión de Centro Democrático

El sector "crítico" estudia una retirada de su candidatura si no consigue el 35% de los cargos

El llamado sector crítico de Unión de Centro Democrático (UCD) podría retirar sus candidaturas a la presidencia, Comité Ejecutivo y Consejo Político del partido si en la ponencia de estatutos, y posteriormente en el pleno del congreso, no consiguen una representatividad aproximada a los votos que apoyan sus opciones políticas y de organización interna del aparato centrista. Esta decisión podría ser indicio o principio de una ruptura del partido.

Los críticos, en los que se integran las tendencias democristianas y liberal y numerosos independientes de comités regionales, desean que se imponga un sistema electoral proporcional o, en su defecto, un mayoritario abierto con correcciones que les permita, al menos, alcanzar el 35% de los puestos en litigio. Este porcentaje es el que obtuvo la candidatura a la mesa del congreso que encabezó Emilio Attard con el apoyo del sector disidente frente al oficialista, que presidió el ministro de Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca, y que contó con el apoyo victorioso del 65% de los compromisarios, es decir, con un total de 1.208 votos.El sector crítico desea que tanto el presidente saliente, Adolfo Suárez, como el candidato oficial a la jefatura del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, no se integren en ninguna lista aunque se les nombre candidatos natos de ambos comités.

Si las exigencias de los críticos no se cumplen, al menos en proporciones «razonables», que les daría entre el 25% y el 35% de los puestos en litigio (como compensación a los 673 votos que consiguieron en la discusión de la mesa del congreso), éstos podrían optar por su retirada total del combate político, lo que dejaría en ciernes la posibilidad de una ruptura o radicalización de los opositores.

A primeras horas de la noche de ayer, el debate de las listas permanecía incierto y pendiente de las discusiones que se iniciaron en la comisión de estatutos a puerta cerrada y con la participación de 175 delegados. Asimismo, en los dos sectores, oficialista y crítico, permanece una discusión interna sobre la definitiva composición de los integrantes de las respectivas candidaturas. De todas maneras, al comenzar la noche circulaban ya nombres más o menos definitivos, y otros probables, que arrastraban incluso una cierta sorpresa. En medios de los críticos se barajaban como posibles «fichajes» la inclusión en sus listas de personas como José Luis Mellán, Eduardo Punset, Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona y Marcelino Oreja, aunque estos tres últimos parecían resistirse ante el riesgo de perder las carteras en el nuevo Gobierno de Calvo Sotelo. Políticamente estos cuatro hombres no ocultan sus simpatías por las tesis de los críticos y, además, parecen excluidos de la lista oficial.

Hasta el momento, y aparte de estos cuatro diputados mencionados, la lista de los críticos podría estar conformada por Oscar Alzaga (como presidente), Ignacio Camuñas (como secretario general), Landelino Lavilla (aunque se resiste a confirmar esto públicamente), Antonio Fontán, Fernando Alvarez de Miranda, Eduardo Merigó, Emilio Attard, Miguel Herrero de Miñón, Luis Miguel Enciso, Soledad Becerril, José Manuel García Margallo, Andrés López Jiménez, Joaquín Muñoz Peirats y algunos destacados dirigentes de comités regionales y provinciales. Estos nombres del sector crítico podrían repartirse en las candidaturas al Comité Ejecutivo y al Consejo Político.

Por su parte, los más significativos representantes del sector oficialista aparecen algo decididos (halcones y palomas) en relación con la estrategia a seguir en el reparto de los puestos directivos y para eliminar a los críticos, por un lado, o recuperarlos evitando la ruptura, por otro. En principio parece que defenderán la opción de una lista mayoritaria abierta, e incluso con la presencia en ella del presidente Suárez y del candidato a la jefatura del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo. No obstante, tampoco se excluyen que acepten correcciones que concedan a la parte contraria o a una segunda lista cerca de un 20% de los puestos, reservándose el 80% para la lista vencedora.

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El secretario general del partido, Rafael Calvo Ortega, que ha endurecido sus posiciones iniciales, declaró ayer en una conferencia de Prensa que no considera «indicativa» la votación a la presidencia de la mesa del congreso, a pesar de que todos los observadores confirman lo contrario. Es por ello que pareció descartar de antemano la concesión del 35% de los puestos que solicitan los críticos en contra de lo que oficialistas califican como la «necesaria gobernabilidad del partido», al menos en el ejecutivo. Ello supone rechazar la oferta negociadora el actual líder de los críticos, Oscar Alzaga, presentó a los oficialistas en una intervención conciliadora ante el pleno del congreso. Aquí está la clave del debate y el fondo de una negociación que se desarrolla en secreto y al margen de la comisión de estatutos, que sufrió anoche un retraso estratégico en su convocatoria por culpa de la megafonía.

En estas negociaciones participan líderes destacados de una y otra parte y se citan por los oficiales a Rafael Arias y a Pío Cabanillas, y por los críticos, a Oscar Alzaga, Ignacio Camuñas y Miguel Herrero. Además existen otros mediadores que actúan por su cuenta.

Por último, en la lista oficial, en cuyo interior parece haber polémica entre martinvillistas, socialdemócratas, suaristas e independientes, se citan los siguientes nombres: Agustín Rodríguez Sahagún (como presidente), Rafael Calvo (como secretario general), Leopoldo Calvo Sotelo, Adolfo Suárez, Fernando Abril, Rafael Arias-Salgado, Rodolfo Martín Villa, Pío Cabanillas, Francisco Fernández Ordóñez, Jesús Sancho Rof, Jaime García Añoveros, Alberti, Rovira, Lamo de Espinosa Rosón, Rupérez, Bustelo, Gámir, García Díez, Pérez-Llorca, Cavero, Sánchez Terán, Cecilio Valverde, Cañellas, Pérez Miyares, Oliart, Olarte, Reol, Manuel Núñez y Viana, entre otros.

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