Ingemar Stenmark,
el campeón sueco de esquí, hace la competencia a Dios en su país, razón por la cual un pastor ha decidido astutamente retrasar la hora de la misa cuando el dios del eslálom aparece en la televisión. El pastor Otto Carneheim, de la ciudad de Umeaa, en el norte de Suecia, había comprobado que su iglesia se quedaba tristemente vacía los domingos en que la televisión retransmitía las pruebras de la Copa del Mundo de esquí alpino. Sacando sabiamente conclusiones de este fenómeno, el pastor decidió que, en adelante, el servicio religioso se celebraría más tarde, para evitar a su rebaño un dilema del que la Iglesia raramente salía victoriosa.
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