Discreta victoría del Madrid sobre el Oporto

El Madrid se clasificó para su séptima final del trofeo Teresa Herrera con justicia, pero también con discreción. Sin efectua un juego brillante más que en es casos momentos, fue más compacto que el Oporto, y, sobre todo, supo aprovechar sus oportunidades. Marcó el primer gol cuando menos lo mereció y después acertó con el segundo nada más iniciarse la segunda parte, sin dar tiempo al Oporto a intentar el empate.El equipo blanco, inició el partido con un juego muy premioso, que pudo parecer fruto de la pretemporada o quizá del susto que aún debía tener en el cuerpo desde Munich. El caso fue que tuvo la suerte de encontrarse enfrente a un Oporto cuyos hombres han tenido problemas con el cambio de entrenador y apenas se han entrenado juntos. Físicamente sí lo habían hecho, y por ello no se notó tanto la diferencia, pero, a nivel técnico, de engarce en las jugadas, el cuadro portugués pareció muy lejos de lo que demostró en su eliminatoria de Copa de Europa ante el Madrid, aún no hace un año.

Dureza en la defensa

En cualquier caso, poco a poco, el mejor juego fue correspondiendo al Oporto, dentro del miedo o la impotencia mutua. El 4-4-2 portugués, que dejó sólo delante a Gomes y Costa, mandó más que el 4-3-3 del Madrid. Juanito, Santillana y Cunningham no aprovecharon su mayoría atacante al juntarse demasiado todos a la derecha. Ello permitió, además, al lateral derecho Gabriel tener un pasillo por el que subió demasiadas veces con peligro. La única solución que tuvo el Madrid en esos momentos, y que iría afianzando en el transcurso del partido, fue el juego expeditivo de sus defensas, con especial dureza inicial en Benito y Pérez García. El primero le hizo una entrada a Gomes a los diez minutos tan terrorífica que le asustó para el resto del partido.

La defensa del Oporto practicó muy bien el fuera de juego, y ello cortó también las pocas posibilidades atacantes del planteamiento madridista. A los veintiséis minutos, Frasco, el centrocampista que sacó de su sitio a su marcador, Camacho, hizo una gran jugada y Gomes obligó a García Remón a hacer su primera giran parada. El rechace del guardameta blanco lo envió por encima del larguero Simoes. A continuación, los propios Gomes y Simoes tuvieron ocasiones de marear, fruto del mejor juego portugués, pero inmediatamente vino el contraataque madridista que dio lugar al primer gol. Después, incluso Sousa agarró a Santillana claramente en el área y el santanderino perdió una gran ocasión al tirar demasiado cruzado.

Tras el descanso, cuando el Oporto ni se había centrado en la búsqueda del empate, Cunningham, que brilló más que en otras ocasiones, incluso arriesgando, marcó el segundo gol. El preparador austriaco del Oporto había sustituido a Frasco por Albertinho para fijar más a Camacho en la defensa, y poco después sacó también a Quinito por el cansado Sousa para frenar la fuerza de Stielike. Sin embargo, el segundo tanto dio nuevos bríos al Madrid, que jugó los mejores momentos del partido. Cunningham, por tres veces, y Santillana pudieron aumentar la ventaja. El Oporto, de todas formas, no modificó su ritmo de juego, parte por falta de rodaje y parte por ser su juego habitual, y llevado por Roméu equilibró el juego. El mismo Roméu lanzó un gran tiro en el minuto veintiuno, y de nuevo García Remón se lució. La defensa madridista siguió firme, y Gallego, en su estreno como hombre libre, estuvo muy seguro y no sólo cortó bastantes balones sino que salió con el balón jugado en buenas condiciones para sus compañeros. El Oporto marcó en el momento más inesperado pero el Madrid, ya al contraataque y dejando pasar el tiempo, Incluso pudo aumentar el marcador. Esta noche juegan el Spórting y el Flamengo, éste sin Zico. Mañana, domingo, se disputarán la final y el partido por el tercero y cuarto puestos.

Por otra parte, se comenta en La Coruña que el Spórting desea aprovechar el Teresa Herrera para contratar al delantero del Oporto Comes, un goleador acreditado por el que ya se interesó el Atlético el año pasado.